La firma de expresidentes, políticos y artistas, entre otras figuras públicas, para respaldar a Jorge Glas, una persona que está sentenciada por la Justicia ecuatoriana, es frustrante porque no se toma en cuenta el trabajo de los organismos judiciales.
Se entiende que quienes suscriben ese documento deben estar del lado de la ley y la justicia, y si la Justicia ecuatoriana emitió algún fallo, hay que respetarlo, no importa la tendencia política que sea.
Es frustrante porque la sociedad trabaja en un sentido, buscando que se castiguen los errores; la Fiscalía investiga a fondo y logra que los jueces sancionen.
“No se trata de sospechas de corrupción, sino de casos juzgados y fallos ejecutoriados”.
Entonces, con un respaldo de esta naturaleza se desconocen esos procedimientos.
Si se tratara de una simple sospecha de corrupción, cabría la posibilidad de creer que contra Jorge Glas pesa una persecución política; pero el exvicepresidente tiene dos sentencias ejecutoriadas por hechos de corrupción que han sido investigados y denunciados, y tiene en avance otro juicio por malversación de fondos para la reconstrucción y reactivación de Manabí tras el terremoto.
Con todo, la Justicia ecuatoriana debe seguir en su tarea, libre de posicionamientos políticos o influencias partidistas.
Editorial de El Diario publicado el miércoles 8 de mayo del 2024 en nuestra edición impresa.