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Uno de los componentes que hacen falta para garantizar una educación práctica y adecuada a la modernidad es la enseñanza del uso de las nuevas tecnologías para promover una utilización responsable de estos recursos.

Las redes sociales, la gamificación y la inteligencia artificial son parte de la cotidianidad de niños y adolescentes, e incluso de personas de más edad.

En lugar de proscribir su uso en la educación, debería enseñarse a aplicarlos con responsabilidad y principios.

Además a aprovechar su utilidad para mejorar, y a agregar valor a las actividades diarias.

Las nuevas tecnologías se adentran cada vez en más campos, pero, en muchos casos, en lugar de enseñar a utilizarlas se las prohíbe, tanto en la familia como en el aula.

“No puede descuidarse la enseñanza tradicional en otros campos del conocimiento”.

Estos recursos pueden convertirse en aliados indiscutibles en la investigación, la comunicación y el entendimiento de la historia, la geografía, la literatura y otras asignaturas.

Desde luego, no puede descuidarse la enseñanza tradicional en campos como la gramática, las matemáticas, la ética, la cívica y otros.

En lugar de prohibir el uso de recursos tecnológicos, debería aprovecharse su utilidad para el desenvolvimiento diario especialmente en la educación.

Editorial de El Diario publicado el domingo 30 de junio del 2024 en nuestra edición impresa.