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La actual crisis de apagones, con cortes que se han prolongado por más de doce horas diarias, ha dejado en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico nacional y las consecuencias de la falta de planificación estratégica en generación eléctrica.

Más allá de las pérdidas económicas, los efectos sociales y humanos son incalculables.

Familias afectadas, electrodomésticos dañados y hospitales en riesgo son solo algunas de las secuelas de un problema que, según se ha anunciado, puede repetirse en los próximos años.

El cambio climático, con fenómenos como el estiaje prolongado, plantea un desafío creciente para la generación eléctrica en Ecuador.

“Sin inversiones oportunas, el país seguirá enfrentando racionamientos”.

Lo mismo ocurre con la cada vez más creciente demanda de energía. Sin inversiones oportunas en infraestructura energética, el país seguirá enfrentando racionamientos que comprometen su desarrollo.

Es urgente priorizar proyectos de generación eléctrica sostenible que diversifiquen las fuentes energéticas y garanticen la estabilidad del servicio.

Planificar con visión de futuro es la única forma de evitar que esta crisis se repita en la dimensión actual. No se trata solo de luz; se trata de calidad de vida, desarrollo económico y confianza en el futuro.

Editorial de El DiarioPublicado el 8 de diciembre del 2024 en nuestra edición impresa.