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La decisión de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) de suspender indefinidamente los operativos de control en las vías genera tanto expectativa como preocupación.

Esta medida, justificada por el incumplimiento de protocolos y las denuncias de corrupción, refleja una reacción oportuna ante los reclamos ciudadanos. Pero también plantea interrogantes sobre las soluciones a largo plazo.

La ciudadanía ha manifestado su inconformidad con ciertos procedimientos de control. Esto, porque en lugar de garantizar seguridad vial se convirtieron en focos de abuso y corrupción.

“La suspensión de operativos debe ser el inicio de un cambio institucional”.

Sin embargo, suspender los operativos no puede ser un fin en sí mismo sino que debe ser el inicio de un cambio en las estructuras y procedimientos de los organismos de tránsito.

La pausa en los controles exige, además, que se refuercen otras estrategias para prevenir accidentes y regular el tránsito, ya que abandonar el monitoreo puede traer consigo un aumento de conductas irresponsables en las carreteras.

En este sentido, la transparencia, la capacitación del personal y la incorporación de tecnología en los operativos deben ser pilares del cambio.

La CTE debe pasar a ser un organismo justo y confiable. Pero para esto se necesita un golpe de timón que proporcione transparencia y un accionar justo.

Editorial de El DiarioPublicado el 10 de diciembre del 2024 en nuestra edición impresa.