La falta de políticas que incentiven la riqueza, la producción y el empleo, sumada a la inseguridad que amenaza a los ecuatorianos. Hay fuga de talentos en Ecuador.
Todo eso está empujando a miles de personas a migrar, y, lamentablemente, muchos de ellos son ciudadanos con un buen nivel de preparación que huyen de la falta de oportunidades en el país.
Basta mirar las cifras. El año pasado, según las estadísticas oficiales, los movimientos migratorios (entradas y salidas) de ecuatorianos aumentaron en un 27 por ciento frente a los del 2022.
El número de personas que salieron y no regresaron es de más de 60 mil.
Por edades, el grupo que más viaja es de entre los 30 y 39 años, seguido del de 18 a 29 años. Esto significa que quienes migran son, en su gran mayoría, personas jóvenes que buscan un trabajo o una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.
Hacen falta políticas claras para contener la salida de talentos. El país invierte recursos en la educación de sus ciudadanos, pero pierde cuando los profesionales deciden salir de las fronteras patrias para buscar las oportunidades que no encuentran en Ecuador, o por hallar el entorno seguro que las autoridades, tácitamente, les niegan.
La falta de expertos en ciertas áreas claves puede representar un bloqueo para las aspiraciones de desarrollo.
Es tiempo de que el Gobierno reflexione que, más allá de las cifras oficiales, hay una realidad dolorosa que conduce al desarraigo.
Editorial de El Diario publicado el sábado 1 de junio del 2024 en nuestra edición impresa.