La reciente aprobación de la reforma laboral que tipifica como acoso laboral las llamadas o las órdenes de trabajo fuera de horario, en Ecuador no se alinea a la productividad.
Eso refleja la intención de dar cada vez más garantías a los trabajadores, lo cual puede sonar bueno y hasta popular, pero no está sintonizado con la realidad.
Lo real es que en Ecuador se necesita trabajar y tener más productividad. La crisis económica no da tregua y los sectores productivos requieren ser más competitivos.
El país, en sí, necesita más esfuerzos de todos para mejorar la economía y la producción. El fin de la ley, por el contrario, es poner límites.
Esta reforma parece haber sido diseñada para oficinistas, que tienen un horario de trabajo, y no para el resto del sector productivo.
“El espíritu de la reforma reciente es poner límites al trabajo”.
Aparte de ignorar la necesidad de hacer de Ecuador un país con más producción y calidad, está fuera de la realidad de muchos actores económicos.
Hay actividades en las que se requiere el monitoreo constante y que determinadas áreas, como las técnicas, estén disponibles para atender eventualidades.
La clase política debería pensar en reformas que orienten al país a producir más para aumentar la competitividad y la riqueza.
De esta forma se podrá contribuir a superar los problemas económicos que desde hace años se enfrentan.
Editorial de El Diario publicado el lunes 13 de mayo del 2024 en nuestra edición impresa.