Cuándo están por cumplirse ocho años del terremoto que golpeó a todo el país, pero que dejó sus más graves secuelas en Manabí y Esmeraldas, todavía quedan cuentas pendientes del Estado. La reconstrucción se afectó por la burocracia.
Hay cuentas pendientes, que no se han saldado a pesar de las promesas y los reclamos hechos a cuatro gobiernos.
Comprensiblemente, el país se movilizó después de aquel suceso trágico que marcó la vida de Manabí, la provincia más afectada por el sismo.
Se recaudaron más de 3 mil millones de dólares para una reconstrucción que todavía tiene obras inconclusas y una reactivación que no llegó a todos.
La corrupción desapareció buena parte de esos recursos, pero la burocracia también hizo lo suyo, pues debido a sus retrasos se desperdiciaron oportunidades de obtener ayuda externa a los proyectos.
“La reconstrucción todavía tiene obras inconclusas en Manabí”.
Obras como la reconstrucción del Cementerio General de Portoviejo y de ocho cuarteles bomberiles en Manabí se vieron truncadas por los vaivenes de un proceso más burocrático que técnico, que llevaron a que los recursos ofrecidos para ello dejaran de estar disponibles.
Y esos son solamente dos ejemplos de muchos, pues en varias entidades estatales no se dio paso a los proyectos de reconstrucción de edificios que ahora están abandonados o inexistentes, de manera que los fondos de los seguros se usaron en otros menesteres.
Editorial de El Diario publicado el miércoles 14 de febrero del 2024 en nuestra edición impresa.