El país se encuentra en crisis eléctrica debido al estiaje que ha puesto en riesgo la capacidad de generación de energía en las centrales hidroeléctricas, y a la falta de previsión de las autoridades -no sólo del gobierno actual- que parecen desconocer este tipo de fenómenos cíclicos.
Es lógico que, en casos como este, el Gobierno disponga la racionalización del consumo eléctrico, no con campañas de marketing que inviten a la población a mantener las luces apagadas, sino como una medida forzada, dadas las circunstancias.
El alumbrado ornamental y la iluminación de rótulos y fachadas comerciales deben suprimirse, inicialmente, lo mismo que los sistemas de iluminación de oficinas y otros espacios interiores fuera de horarios laborales.
“Hay que eliminar el dispendio de energía eléctrica en espacios públicos y privados”.
De lo que se trata es de racionar el consumo de electricidad frente a la crisis, ya que, por el mismo motivo que afronta Ecuador, Colombia tiene problemas para venderle energía al país.
Los apagones se presentan como una amenaza que ya está afectando a parte de la población.
Por ello es preciso que se imponga un plan para eliminar el dispendio de energía en espacios públicos y privados que no tienen razón de permanecer iluminados si no es por seguridad o por necesidad operativa.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 25 de octubre del 2023 en nuestra edición impresa.