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Hay que revisar los aranceles a los vehículos. El sinceramiento de los precios de los combustibles ha sido una medida adecuada, aunque no es del agrado de todos porque llevó a un incremento en los costos para quienes tienen vehículos a gasolina, principalmente.

Es que el Estado no debe mantener subsidios que favorecen a una parte de la población -la que tiene recursos para mantener un automotor-  pero que son costeados por todos.

Sin embargo, con la misma lógica del sinceramiento, tienen que reducirse tantos impuestos y aranceles a los vehículos.

Esos impuestos y aranceles incrementan en más del 50 % el costo de los carros en Ecuador.

Esta elevada carga impositiva distorsiona precios y resta competitividad al país.

Sobre todo a nivel empresarial, y convierte a la compra de un vehículo en un desafío financiero para la población.

“Se estimula el mercado automotriz y se impulsa la economía”.

Los altos aranceles e impuestos limitan el acceso a vehículos nuevos.

Eso fuerza a muchos ecuatorianos a recurrir al mercado de autos usados, lo cual puede tener implicaciones en la seguridad, la eficiencia energética y el ambiente.

Si se reduce la carga tributaria, se facilita la adquisición de automotores más modernos, eficientes y con mejores estándares de seguridad.

Al mismo tiempo, se estimula el mercado automotriz y se impulsa la economía.

Las autoridades nacionales deben revisar las medidas aplicadas. Está bien que elimine subsidios, pero también que reduzca impuestos excesivos y aranceles a vehículos.

Editorial de El DiarioPublicado el lunes 2 de septiembre del 2024 en nuestra edición impresa.