Está bien que se desarrollen operaciones contra la delincuencia, pero también se necesitan acciones preventivas, que son las más complejas dentro del trabajo en pro de la seguridad y de una sociedad más segura.
La prevención del delito demanda preparación, vigilancia, escucha activa y respuestas rápidas.
Los delincuentes se pasean con libertad por todas partes, pues los controles son insuficientes.
Los ciudadanos se sienten inseguros porque, conforme aumenta la incidencia de delitos, se incrementan los niveles de impunidad. Hay lentitud al responder los pedidos de auxilio de la ciudadanía.
La fuerza pública debe mejorar la operatividad para que sus respuestas sean más rápidas y efectivas.
“La fuerza pública debe actuar con rapidez y eficiencia en las emergencias”.
De muy poco sirve llegar cuando ya los hechos se han consumado, a veces con resultados trágicos.
Pero, además, corresponde al Estado crear las condiciones para una sociedad más segura, y para ello se requieren tiempo y recursos.
Hay que mejorar la empleabilidad, estimular la inversión, combatir la pobreza, otorgar servicios públicos de calidad, luchar contra problemas sociales como el analfabetismo y la desnutrición.
Es cierto que no es una tarea fácil ni inmediata, pero hay que sentar las bases para mejorar las condiciones de vida.
Mientras tanto, la lucha contra la delincuencia debe ampliarse hacia la prevención de delitos.
Editorial de El Diario publicado el jueves 8 de agosto del 2024 en nuestra edición impresa.