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Con la temporada seca y los fuertes vientos, aumenta el riesgo de incendios forestales, por lo que es necesario trabajar en prevención para evitar afectaciones a la vida y a las propiedades.

En cultura contra incendios, la prevención no suele ser parte de las acciones. Lo indica la cantidad de siniestros que, pudiendo prevenirse, ocurren por falta de previsión. Por ejemplo, no hay un plan para evaluar las condiciones de las acometidas eléctricas en los domicilios, ni siquiera durante la fase de construcción. En muchos casos, los planos simplemente se aprueban.

En cuanto a los incendios forestales, no hay planes preventivos, ni siquiera a través de campañas de alerta a la ciudadanía. Y así, cada año ocurren centenares de casos de un flagelo que no solamente destruye bienes, sino que pone en riesgo la vida.

“Que, en materia de lucha contra incendios, se piense en la prevención”.

El año pasado, más de 23 mil hectáreas de terreno se afectaron por más de 1.900 incendios. Y ese ha sido el año con cifras más bajas porque, por ejemplo, en el 2019 hubo 2.340 incendios y 23.161 hectáreas arrasadas por el fuego.

Manabí no se queda atrás. El año pasado se incendiaron 462 hectáreas, y en el 2019 fueron 635,66.

Ya es hora de que, en materia de lucha contra incendios, se piense en la prevención. La intervención, por muy inmediata que sea, no siempre da resultados prontos.

Editorial de El Diario publicado este martes 27 de julio del 2021 en nuestra edición impresa.