La recuperación y conservación de las fuentes hídricas de Manabí es, más que un desafío, una necesidad en la provincia.
Manabí se caracteriza por cursos de agua que no son permanentes y que suele soportar períodos de déficit los meses de estiaje.
Es necesario, para garantizar el abastecimiento del líquido vital, preservar los ecosistemas locales y mitigar los efectos del cambio climático.
Las fuentes hídricas de Manabí son vitales, pero problemas como la deforestación, la contaminación del agua y la degradación del suelo las han puesto en riesgo.
La pérdida de la capa vegetal reduce la capacidad de los suelos para retener el agua.
“Además de la siembra y la resiembra, hay que vigilar lo sembrado cerca de las fuentes hídricas identificadas en Manabí”
Esto aumenta la erosión y provoca la sedimentación de ríos, esteros y presas, lo cual afecta tanto a la calidad y la disponibilidad del agua.
Hace falta un plan de reforestación en las fuentes hídricas de Manabí. Algo efectivo que cumpla con la siembra y la resiembra con especies nativas.
Esto debería abarcar la vigilancia permanente de expertos para actuar ante la destrucción de lo sembrado.
Los árboles, los arbustos y hasta el pasto ayudan a regular el ciclo del agua, a retener la humedad y a purificar los caudales.
Es entonces, una necesidad para garantizar la sostenibilidad del abastecimiento del vital líquido y contribuir con el ambiente.
Las fuentes hídricas de Manabí deben ser reforestadas ya sea por las autoridades o las personas que residen cerca de estas.
Editorial de El Diario publicado el martes 6 de agosto del 2024 en nuestra edición impresa.