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El Consejo Nacional Electoral (CNE) trazó el calendario electoral para la consulta popular de abril del 2024 y las elecciones presidenciales y legislativas de febrero del 2025.

Sorprende que esos calendarios creen períodos de campaña de apenas 12 días para la consulta y de 33 días para las nacionales.

Además, el CNE disminuye ilegalmente los presupuestos para ambos procesos electorales de tal forma, que la difusión de las ideas y las propuestas será mínima, llevando a que las campañas una vez más se reduzcan a la forma, relegando el fondo.

Estas decisiones atentan contra la democracia, porque ni el elector tiene tiempo ni forma para informarse ni los candidatos o promotores del sí y el no pueden transmitir sus mensajes.

Los 45 días que establece la ley ya son cortos, y más lo son luego de las reducciones del CNE.

“Ni el elector tiene tiempo de informarse ni los candidatos de transmitir su mensaje”.

Los presupuestos económicos para las campañas se han vuelto tan ínfimos que rayan en lo ridículo, de tal forma que no cumplen con su propósito.

Da la impresión de que en Ecuador es más importante cumplir con el calendario electoral que generar un debate de fondo que permita que los ecuatorianos, debidamente informados, acudan a las urnas y decidan el futuro del país.

El ordenamiento legal actual protege estas distorsiones al impedir que otros entes estatales puedan controlar al CNE. Es una deficiencia de la Constitución. 

Editorial de El Diario publicado el jueves 7 de marzo del 2024 en nuestra edición impresa.