Una vez que el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) anunció que el clima en Ecuador está en transición hacia la estación seca, es necesario que las autoridades tomen las previsiones para evitar problemas.
Manabí es una provincia que históricamente ha sufrido por la insuficiente provisión de agua. No tiene caudales provenientes del deshielo y los ríos se alimentan de las escorrentías durante la estación lluviosa y de vertientes subterráneas.
El déficit hídrico llevó a la construcción de represas, aunque el plan hidráulico está incompleto.
En los últimos años, el verano ha causado problemas en la agricultura y la ganadería de Manabí. Existen zonas en las que el ganado muere por falta de agua y de alimentos; los cultivos se marchitan y la cosecha se destruye.
“El estiaje puede ocasionar pérdidas mayores a los sectores productivos”.
Entonces, se generan pérdidas ingentes para los sectores productivos.
El estiaje, si afecta a la zona donde se encuentran los ríos que abastecen a las centrales hidroeléctricas, puede hacer que, también, retornen los racionamientos eléctricos, lo cual afectaría aún más la economía.
Es necesario, entonces, que se tomen las previsiones para evitar que las complicaciones sean mayores en la estación seca.
Editorial de El Diario publicado el viernes 31 de mayo del 2024 en nuestra edición impresa.