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Hay un problema antiguo de contaminación que está perjudicando la salud, que se conoce claramente, y que demanda más atención del Estado, sus instituciones y los ciudadanos: el uso de químicos, plaguicidas y fungicidas.

Este inconveniente inicialmente se presenta en el campo, donde los agricultores usan químicos para controlar las plagas y enfermedades que afectan sus cultivos.

Estos elementos contribuyen a que la planta se mantenga y luego produzca, pero hay cientos de estudios que señalan que cuando hay abuso en el uso de químicos se afecta el ambiente y especialmente la salud de animales y seres humanos.

Los plaguicidas llegan a las personas al ser absorbidos por los productos agrícolas, al filtrarse a las aguas subterráneas, en los líquidos que van de las parcelas a los ríos e incluso al evaporarse.

“Se afecta los ecosistemas y la salud de los seres humanos”.

En otras palabras, se incorporan al cuerpo por tres vías, la respiratoria, la digestiva y la dérmica.

Muchos problemas de malformaciones, reproductivos, cancerígenos, alérgicos, inmunológicos y trastornos del sistema neurológico están directamente relacionados con el contacto en mayor o menor nivel con el uso de químicos.

Los dramas familiares y los costos sociales, así como los financieros son tan altos, pero la atención a esta realidad es muy baja.

Es hora de cambiar eso, en serio y con acciones claras.

Editorial de El Diario publicado el jueves 14 de marzo del 2024 en nuestra edición impresa.