Las muertes violentas regresaron y han vuelto a causar temor y dolor en varios cantones de Manabí, especialmente en Manta y Portoviejo.
Esto, a pesar de los esfuerzos que ha difundido el Gobierno para disminuir el índice de criminalidad en el país.
La percepción en la ciudadanía es de que todo se mantiene igual y que lo que había ocurrido era disminución temporal de los hechos delictivos.
La criminalidad creciente requiere una respuesta urgente y que abarque todas las áreas.
Los estados de excepción, el aumento de la presencia militar y policial, la declaración de estado de guerra interna son medidas necesarias para enfrentar el problema.
A la misma vez esas medidas no son suficientes, a juzgar por los resultados que se han dado hasta ahora, especialmente en el tema de las muertes violentas.
Es necesaria una política criminal integral, que aborde la represión del delito, pero también la prevención.
Es con prevención que se debe atacar las causas estructurales de la violencia y promover la justicia y el desarrollo.
“La impunidad alienta la criminalidad; hay que fortalecer el sistema judicial”.
Hay que fortalecer el sistema judicial para garantizar efectividad en los procesos, pues la impunidad alienta la criminalidad.
Desde luego, es una utopía hablar de erradicación de la violencia en una sociedad. Es necesario disminuir los índices de criminalidad de manera sostenida.
Hay que disminuir el índice de muertes violentas y buscar la permanencia de la fuerza pública en determinados lugares.
Producto de las muertes violentas ha habido casos de personas inocentes que han muerto en varios cantones de la provincia.
La inseguridad y las muertes violentas se deben combatir. Estas amenazan la estabilidad social, la economía y la vida de las personas.
Editorial de El Diario publicado este martes 23 de julio del 2024 en nuestra edición impresa.