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“Por favor Gobierno, entrégueme a mi hija”, clamaba este sábado 17 de septiembre del 2022, Elizabeth Otavalo, la madre de María Belén Bernal, quien el pasado fin de semana ingresó en la Escuela Superior de Policía, en Quito, a visitar a su esposo, que ahora está prófugo.

“Ella entró el 11 de septiembre, a las doce de la noche a la Escuela Superior de Policía y hasta el sol de hoy no sale. Por favor Gobierno, entrégueme a mi hija”, pidió Otavalo en las afueras de la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía, donde se preveía la audiencia de una cadete detenida el viernes para investigaciones.

Otavalo comentó que las investigaciones se mantienen bajo reserva y que a los abogados solo les permiten leer los expedientes, pero no les proporcionan copias de los mismos.

¿NEGLIGENCIA?

“Estamos haciendo la búsqueda con un equipo de 20 personas, que no tenían ni siquiera los elementos necesarios para buscar, es decir estamos hablando de negligencia, de que no hay esa interinstitucionalidad que tanto defiende” Ordóñez, dijo.

Se refería al secretario de Seguridad Pública y del Estado, Diego Ordóñez, quien en una rueda de prensa el viernes defendió la actuación de la Policía en el caso.

“Él ayer defendía la institucionalidad de la Policía, yo defiendo que a mi hija me la entreguen”, indicó en declaraciones a Efe.

Aseguró que la institución policial fue negligente en sus controles pues no revisaron el automóvil de Bernal, en el que salió de la Escuela Germán Cáceres, el esposo de la abogada desaparecida.

“El carro de mi hija no tiene vidrios polarizados, lo que pasa es que (por) la negligencia de la institución, no revisa”, dijo la madre de la mujer, sobre la que hay un registro de ingreso a la Escuela de Policía, pero no de salida.

Esa es una “escuela de formación…yo más creo que es una escuela de deformación, porque ahí se ha permitido absolutamente todo. Ahí se ha permitido que haya fiestas, se ha permitido que tengan relaciones, ahí se ha permitido todo”, opinó.

EVIDENCIAS Y GRITOS DE AUXILIO

El comandante general de la Policía, Fausto Salinas, dijo el viernes que Bernal acudió a la escuela de Policía para llevar comida a su esposo, que estaba de guardia nocturna.

De acuerdo a información publicada por medios nacionales, una cadete dijo en su versión a la Fiscalía que aquella madrugada del domingo 11 de septiembre escuchó a Bernal y a su esposo, Germán Cáceres, discutiendo.

Recogen que la testigo declaró haber escuchado un “auxilio, me matan”, pero que de un momento a otro los ruidos cesaron. Pero luego había escuchado que Cáceres salía de la habitación y al parecer arrastraba algo.

La versión de esta cadete se conecta con la de otro testigo que dijo ver al esposo de la abogada subiendo un bulto, envuelto en una cobija, al carro de ella.

“Simplemente omitieron, no le ayudaron. Si es que ellos escucharon, no le ayudaron, ahí está el espíritu de cuerpo, un espíritu de cuerpo torpe, que solamente guarda la institucionalidad”, añadió la madre que guarda las esperanzas de que “esté bien” Bernal, a quien también extraña su hijo de 13 años.

Según Ordóñez, están en curso procesos de investigación para sanción de unos diez miembros de Escuela y, “sin duda, para la destitución del policía Cáceres”.

Asimismo, informó de que el jefe de Estado, Guillermo Lasso, dispuso la separación del encargado de la Dirección de la Escuela policial.

“¿Qué creen, que porque le movieron al director de un lado para otro, eso me va a devolver a mi hija, o porque van a sancionar a diez cadetes?. Está una persona nada más detenida, ¿cuántas estuvieron ese día en la guardia, por qué no presenta la bitácora cuando salió el señor Germán Cáceres?”, se preguntó Otavalo.

Añadió que hasta el momento se ha encontrado el teléfono, la cartera, la billetera y una zapatilla de su hija “en la Escuela Superior, debajo de unas gradas, escondido en una funda”.

Se desconoce el paradero de Cáceres luego de que presentase una denuncia por la supuesta desaparición de su esposa.

“Le permitieron huir, entre la Fiscalía y la Policía Nacional negligencia total, ninguno de los dos tomó decisiones. Sin embargo, yo exigía, pero no quisieron, ninguno. Después de dar las versiones el señor Germán Cáceres, cogió su motocicleta y se fue”, reclamó.

Otavalo insistió en que la Policía le debe devolver a su hija: “No me importa si me meto con el Estado”, dijo y agradeció a Lasso las “buenas intenciones” al ofrecer una recompensa para quien dé información sobre Cáceres, pero reclamó por más acciones.

Mientras, a su alrededor varias personas gritaban consignas para reclamar por la localización de Bernal y exhibían pancartas que rezaban: “Policía, devuélvannos a Belén”, “No más violencia contra las mujeres”, “Estado cómplice, fallido, asesino” y “La Policía no nos cuida”, entre otros. EFE