Al policía que quedó detenido la medianoche de este jueves 12 de diciembre, acusado de entrenar a jóvenes en el uso de armas, se le dispuso prisión preventiva.
De acuerdo a la Fiscalía, el policía en servicio activo sería parte de un grupo de delincuencia organizada que opera en la provincia.
Fueron dos meses de investigación, antes de emprender el operativo que terminó con la detención del agente.
La detención del gendarme se dio tras el allanamiento al domicilio donde residía, en Jipijapa.
Al agente se le retuvo dos teléfonos celulares, prendas de vestir de uso policial, cámaras de grabación y dispositivos de almacenamiento.
En la audiencia de formulación de cargos, Fiscalía explicó que el uniformado reclutaba –bajo amenazas, extorsión y engaños– a jóvenes de varios cantones de la provincia de Manabí.
Los jóvenes recibían entrenamiento en uso de armas, con el fin de que se conviertan en sicariatos.
Luego de este entrenamiento, los menores de edad debían ejecutar hechos de sicariato, se conoció.
Al agente se lo acusa del presunto delito de trata de personas.
Este delito está tipificado en el artículo 91 del COIP y contempla una sanción de hasta dieciséis años de pena privativa de libertad.