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Según la Organización Mundial de Salud, la lactancia materna en la primera hora de vida reduce en casi 20% el riesgo de morir en el primer mes.

Se conoce que los recién nacidos tienen un sistema inmunológico muy inmaduro y son altamente vulnerables, por lo cual es imprescindible proveer de leche materna a los infantes debido a la protección inmediata y estimulación del sistema inmunológico, que ésta ofrece, destacó Nirsa en un boletín de prensa.

Cada agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, con el objetivo de impulsar esta práctica por todos los beneficios que aporta tanto a la mujer como al bebé.

Guadalupe Mena, asesora nutricional de NIRSA, destacó algunas recomendaciones para cuidar la alimentación de las madres que se encuentran cursando la etapa de lactancia.

Las necesidades nutricionales para el lactante son dos y tres veces mayores que las de un adulto. Durante el primer año se consumen 110 kcal/kg de peso en los primeros seis meses y 90 kcal/kg en los seis meses siguientes.

La leche materna es el único alimento que proporciona todos los nutrientes necesarios para el óptimo crecimiento y desarrollo de los infantes en sus primeros meses de vida, debido a su contenido de células, factores inmunológicos, factores antiinfecciosos y hormonas, que favorecen su salud, los protegen de un gran número de enfermedades comunes y estimulan su desarrollo físico, cognitivo y psicosocial.

La calidad de la leche dependerá de la nutrición materna, por lo cual es recomendable mantener una alimentación variada y equilibrada. A continuación, se detallan algunas sugerencias de los requerimientos nutricionales en la etapa de lactancia.

Requerimientos nutricionales en la etapa de lactancia.
Necesidades energéticas: Las mujeres lactantes producen entre 500 y 700 ml de leche al día, con un elevado valor energético y un rico contenido en micronutrientes, por lo que tienen mayores requerimientos de energía que las mujeres no lactantes. La producción de 100ml de leche supone un gasto de unas 85 Kcal.

La madre lactante debe aumentar su ingesta calórica en unas 500kcal/día durante los primeros seis meses de lactancia, es decir, 200kcal más al día de las que necesitaba cuando estaba embarazada.

Necesidades hídricas: La leche materna contiene entre un 85 y 90% de agua, por lo que se recomienda una ingesta de entre dos y tres litros de agua al día aproximadamente.

Macronutrientes:
⦁ Proteínas: las necesidades de las proteínas se incrementan 25g/día. Al menos el 50% de las proteínas deben ser de alto valor biológico, que se la puede encontrar en pescados como el atún, la caballa, las sardinas, carnes, huevos.
⦁ Lípidos: se recomienda consumir entre un 30-35%, consiguiendo un consumo de DHA (ácido docosahexanoico) superior a 200mg/día, ya que los lactantes consiguen mejores resultados en las pruebas de evaluación neurológica. Este ácido graso está presente en alimentos como el salmón, atún y anchoas.
⦁ Ácidos grasos: El omega 3 forma parte de los ácidos grasos saludables que necesita tanto el lactante como la madre. Además, el omega 3 juega un rol importante en el desarrollo neuronal, digestivo y sistema inmune del lactante. Las sardinas, atún y camarón contienen alto valor proteico y son de fácil digestión a diferencia de carnes rojas.
⦁ Hidratos de carbono: se mantiene el mismo porcentaje que para la mujer no lactante; es decir deben aportar entre un 50-55% de las kcal totales ingeridas.

Micronutrientes:
Hierro: es un elemento mineral esencial para la vida ya que forma parte de la hemoglobina circulante y de la mioglobina presente en el músculo, así como de otras proteínas tisulares de gran importancia fisiológica para la respiración celular, la necesidad de aportar 0,3 mg/día a la leche materna hace que sea recomendable seguir con una dieta rica en este mineral, ingiriendo 9-5 mg/día. Como fuentes importantes de hierro tenemos alimentos animal y vegetal tales como: carne, hígado, huevos, pescado, almejas, mejillones, legumbres, acelgas, espinacas.

⦁ Calcio: contribuye al mantenimiento de los huesos y su déficit puede aumentar el riesgo de osteoporosis en la madre los años posteriores. Durante la lactancia, las necesidades de calcio están especialmente elevadas para la producción de la secreción láctica que contiene unos 280 mg/l, por lo que se debe asegurar su aporte recomendando un consumo diario de 1200 mg de calcio en la dieta, para ello pueden consumir alimentos ricos en calcio como leche, yogur, cuajada, queso, acelgas, espinacas, escarola, frutos secos (almendras, avellanas, nueces) y legumbres (soja, lentejas, alubias, garbanzos).

Yodo: para que el neonato mantenga unos niveles óptimos de hormonas tiroideas, las madres lactantes deben tomar como mínimo 200-290 μg de yodo diario, como fuente de alimentos ricos en yodo tenemos pescado de mar, caballa, verduras, carne, huevos, marisco, como recomendación utilizar sal yodada.

Vitaminas: los requerimientos de vitaminas tanto liposolubles como hidrosolubles se ven incrementados durante la lactancia, especial relevancia adquiere la vitamina A por su papel en el sistema inmunitario, en la visión y en la diferenciación celular, que debe incrementarse 500 μg/día con respecto a una mujer no lactante.

La vitamina A predomina en vegetales de hoja verde, así como en tomate, zanahoria, pimiento.

Las vitaminas hidrosolubles (las del grupo B) deben aumentarse entre un 30 y un 50% con respecto a una mujer adulta no lactante, están presentes en multitud de alimentos como vegetales, frutas, legumbres, cereales, lácteos, carne.


Beneficios de lactancia
Para las madres:
⦁ Favorece la involución uterina
⦁ Disminuye las hemorragias postparto
⦁ Retrasa la ovulación
⦁ Reduce riesgo de cáncer de mama
⦁ Reduce riesgo de cáncer ovario premenopáusico
⦁ No genera gasto económico
⦁ Disminuye la incidencia de fracturas postmenopáusicas al favorecer la remineralización ósea


Para los bebés:
⦁ Mejor digestibilidad
⦁ Reduce riesgo de infecciones por los agentes inmunológicos
⦁ Reduce riesgo de alergias
⦁ Favorece desarrollo neurológico, visual e intelectual por la presencia de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (omega 3-6)
⦁ Favorece correcto desarrollo mandibular
⦁ Favorece el vínculo afectivo madre-hijo

“La alimentación de la madre es clave en esta etapa de lactancia, por lo cual a través de estas recomendaciones se busca proporcionar información nutricional que sirva de guía para que puedan beneficiarse tanto la madre como los recién nacidos de todos los aportes nutricionales que otorga la lactancia materna. Una de las recomendaciones claves en esta etapa es aumentar el consumo de fuentes de omega 3, mismo que se puede encontrar en alimentos como atún, camarones, sardinas; debido a que a través de la ingesta es posible mejorar la composición de ácidos grasos de la leche materna”, comentó Guadalupe Mena, asesora nutricional de NIRSA.

Promover la lactancia materna es fundamental para evitar desnutrición infantil desde etapas muy tempranas, pues la nutrición en los primeros mil días de vida es la clave esencial para una futura vida sana.

Es de vital importancia una correcta nutrición para apoyar el crecimiento y desarrollo adecuado, se destacó en la información compartida.