En numerosas ocasiones nos enfrentamos a situaciones complejas en nuestra vida, ya sea la pérdida de un familiar, un amigo o un sinfín de sucesos que pueden ocurrir.
En estos momentos, la ayuda de un profesional puede suponer la diferencia entre una aceptación dolorosa y una deriva mental sin rumbo.
La psicóloga Ana Paula Varela Largo, comentará de primera mano cómo afrontar la pérdida de un familiar cercano de la mejor manera, en la siguiente entrevista.
¿Cómo se puede definir el duelo?
En pocas palabras, el duelo es la reacción frente a la pérdida del objeto amado. No importa qué sea este objeto: persona, ideal, relación, forma de vida, etc.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
Se atraviesa a través de cinco tiempos que son la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Hay que puntualizar que no son cronológicos. Es decir, no se atraviesa primero la negación y luego le sobreviene la siguiente. Estas etapas tienen diferente orden y duración dependiendo de la historia personal, contexto social, económico y de salud. Incluso muchas personas viven dos de etapas combinadas en un mismo tiempo, por ejemplo ira y depresión, pero no negación.
Otras personas también atraviesan por lo que se denomina duelo retardado. En el momento en que acaeció la pérdida, no mostraron ningún cambio en sus afectos. Sin embargo, luego de unos meses, comienzan a aparecer señales.
¿Cuáles son los errores más comunes que se tienen durante el duelo y se deben evitar?
Calificar este proceso de enfermedad, como si estuviéramos por un mal camino, el muy conocido “ya supéralo” es una de las cosas que no ayudan. Ni que otros nos la digan (aunque esto no lo podemos evitar), mucho menos que nosotros mismos la repitamos.
Se suele calificar la duración de este proceso como debilidad, como depresión lo cuál es incorrecto y dañino. Los parámetros para calificar un estado como depresión, son otros. En términos técnicos, es un trastorno de adaptación, el duelo complejo, es decir cuando los síntomas, numerosos, persisten por más de doce meses.
Un error muy común, y particular del duelo amoroso, aunque en término de lazos afectivos (amistades, padres) puede extenderse en ocasiones, es el miedo a no poder establecer una nueva relación con alguien diferente. Elegir siempre respecto a si es más o menos que aquel otro con el que se terminó la relación. Quedarse con ese alguien, como referente.
Es común, y si, suele pasar. Pero el hecho es que, cuando terminamos una relación, esa persona también muere de cierta forma. Quien era con nosotros no existe ya realmente, si el vínculo se rompe. Así también, existe un conflicto con aceptar a la persona diferente en la cual nos convertimos una vez terminada la relación. Detectar, acoger estas diferencias propias ayudarán a atenuar el miedo de este fantasma, este referente de la anterior relación, y dar lugar a nuevos y diferentes lazos.
¿El duelo puede llevar a la depresión? En caso de que sí, ¿qué se debe de hacer en ese caso?
Sí, esto es lo que se denomina, clínicamente, como duelo complicado. Acudir a un profesional guía es esencial. Pero estar siempre conscientes, que no requiere únicamente de un guía, sino de un caminar propio durante ese tiempo. Caminar para mover cosas, acciones concretas, pues no necesariamente hay que sentirse bien para hacer algo. A veces la acción, antecede el sentimiento.
¿Cómo una persona puede superar correctamente un duelo?
Es necesario saber que la tristeza, el desinterés en el mundo exterior (es decir falta de motivación), conductas preocupantes por quienes nos rodean como no comer, o comer demasiado son propias de este período de duelo. No deben ser consideradas como patologías, no son diagnóstico de depresión, y tampoco son un diagnóstico clínico tampoco.
Aunque sean incómodas, por quien las pasa y por la gente a su alrededor, constituyen reacciones normales. Así mismo, pueden tardar algunos meses, e ir evolucionando con el tiempo.
Una red de apoyo es importante en estos momentos, la posibilidad de contacto con familia y amigos es indispensable. No quiere decir que la persona que atraviesa el duelo debe estar acompañada todo el tiempo, pero sí que pueda tener a quién acudir.
Hablar de las personas que se fueron, es algo útil para poco a poco poder localizar a esa persona del espacio físico, al espacio del recuerdo. Aunque muchas veces, escuchamos que si seguimos hablando de eso no lo superamos, esto es erróneo. Es precisamente hablando, cómo se construye un nuevo lugar para esas personas que ya no estarán más, el espacio del recuerdo. De otra forma existe un bloqueo, y el estrés por la sensación de fracaso en la superación del duelo, puede hacer más daño que el mismo duelo en sí.
¿Es necesaria la intervención psicológica para llevar a cabo un duelo?
No siempre. Un duelo implica dolor y tristeza, siempre va a ser así. La cuestión es el manejo y el efecto de las mismas. Cuando por cualquier situación, se percibe que supera nuestra capacidad, podemos pedir ayuda, en cualquier etapa en la que estemos.
Podemos detectar señales de alerta grave, para no posponer el acompañamiento de un profesional cuando estos sentimientos están impidiendo que realicemos actividades vitales, como ir a trabajar, tener contacto con la familia durante ya varios meses, padecer trastornos de nutrición y sueño graves. También una de las señales es la aparición de acciones poco acertadas consideradas impulsivas por la misma persona, como renunciar a un trabajo, poner en peligro su propia seguridad o la de alguien más.
Cortesía de https://www.doctoranytime.ec/d/psicologo/ana-paula-varela