Si bien puede suponerse que es un fenómeno moderno, los tatuajes en el cuerpo son muy antiguos.
Los historiadores consideran que los seres humanos llevan realizándose dibujos bajo la piel desde hace más de 10 mil años.
Aún así, causan algunas reacciones en el organismo que los científicos están todavía evaluando.
Por ejemplo la reacción del sistema inmunológico ante la tinta usada para estos diseños.
Los tatuajes se pueden definir como la introducción de pigmentos en la parte superior de la dermis.
La práctica significa realizar pequeñas heridas en forma permanente.
Vale reconocer que, en muchos casos, son muy estéticos, pero a la vez no son inocuos para el organismo.
Los científicos no están seguros de qué hace que ciertos tatuajes se desvanezcan rápidamente. En cambio otros se quedan cuando se supone que deben desaparecer o cómo reaccionan a la luz.
Uno de los enigmas menos estudiados es cómo sobreviven los tatuajes.
Nuestro sistema inmunológico está constantemente haciendo todo lo posible para destruirlos porque el cuerpo lo considera una agresión.
La piel “está repleta de células defensivas de acción rápida que pueden entrar en acción cuando se viola”, dijo Juliet Morrison, viróloga de UC Riverside.
No siempre hay complicaciones
La directiva principal de esas células es detectar cualquier cosa extraña y destruirla para que pueda comenzar el proceso de curación.
Esta misma función cumple el organismo cuando cura las quemaduras.
Hace que ciertas cicatrices desaparezcan, pero cuando hay tinta de por medio la reacción puede ser otra.
La profesora de Inmunología de la Universidad Complutense de Madrid Narcisa Martínez Quiles se refirió al tema.
“Las agujas de tatuar producen heridas, y la respuesta del sistema inmunitario se orienta hacia la denominada inmunidad tipo 2, que posee un componente reparador asociado muy importante”, dijo.
Este tipo de reacción está especializado en defendernos frente a gusanos y en eliminar y neutralizar agentes tóxicos como los venenos de picaduras de avispas o serpientes.
Es la inmunidad que, cuando se desregula, origina las alergias comunes”. La especialista indica que la tita de los tatuajes reduce la capacidad del sistema inmunológicos de proteger la piel en las zonas tatuadas.