Luego de casi 20 años de pausa el mundo de la aviación está cerca de ofrecer nuevamente los vuelos supersónicos.
La tecnología actual permitiría que esos vuelos, que superan la velocidad del sonido, sean silenciosos.
Este proyecto de los vuelos supersónicos comenzó en 1969, pero se vieron truncados tras un accidente en el año 2000.
Un modelo de los aviones supersónicos Concorde sufrió un accidente que terminó con la vida de más de 100 personas.
Ahora, en un trabajo entre la NASA) e innovadores del equipo gubernamental-industrial, los vuelos supersónicos estarían de vuelta.
Están trabajando en un prototipo de nave ultrasónica silenciosa que resuelva el problema del ruido.
Esto le dará un nuevo capítulo en la aviación comercial.
Bajo la misión denominada QUESST (Quiet SuperSonic Technology) los expertos en Palmdale en alianza con la empresa Lockheed Martin crearon el X-59.
Se trata de un prototipo funcional en forma de flecha, de 29 metros de largo y diseñado para volar a unos 16,8 kilómetros sobre el nivel del mar.
Lo más importante es que podría alcanzar una velocidad de 1760 km/h cerca de una vez y media la velocidad del sonido.
Su diseño fue especialmente ideado para penetrar en la atmósfera con suavidad y evitar el boom sónico.
El boom sónico fue lo que llevó a que este tipo de vuelos fueran prohibidos por la Agencia Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés).
Su paso perturbaba la vida de las personas y la fauna de la zona donde aterrizaba o despegaba.
Este efecto, al que se le atribuye la vibración de vidrios y el temblor de la tierra sobrevolada por las naves supersónicas, se debe a que la velocidad a la que viajan supera a la del sonido.
Aerolíneas muestran interés
La presencia del avión y su rápido movimiento interfiere en el choque de ondas que normalmente ocurre en el aire y que permite la transmisión del sonido.
Esto produce una onda de choque muy ruidosa: el boom sónico.
Esto explica los discos blancos que se forman alrededor de las naves supersónicas.
Se trata de vapor del agua condensándose como consecuencia de la onda de choque.
Para evitar estos efectos los desarrolladores del modelo X-59 optaron por un ala en flecha.
Esto permite penetrar la atmósfera con suavidad y ubicar el motor GE F414 en la parte superior de la cola.
Tantos años de trabajo parecen estar llegando a su fin.
La NASA difundió nuevas imágenes del prototipo el cual tendrá su primera prueba este mismo año sobre el cielo de Estados Unidos.
Entre las principales promesas realizadas por los expertos se encuentra la de cubrir la ruta Nueva York-Londres en tres horas y media.
También viajar de Madrid a París sería posible en sólo treinta minutos, o cruzar el océano Atlántico en su totalidad en cuatro horas.
De todas maneras, aún es muy pronto para planear las vacaciones y soñar con pasar pocas horas a bordo.
De momento, el prototipo sólo incluye espacio para un piloto y un acompañante por lo que los primeros aviones comerciales con capacidad para más pasajeros se espera recién para 2029 y 2030.