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La intención de los debates es que los ciudadanos puedan conocer más a fondo las propuestas de los candidatos y que la confrontación de los planes lleve a un mejor entendimiento. Por eso la estructura de los debates debe cambiar.

No debe tratarse de un ejercicio de preguntas y respuestas rápidas, con poco tiempo para enunciados, en temas escogidos que impiden a los candidatos profundizar en sus intervenciones.

El debate del domingo dejó, como los anteriores, un sabor a poco.

Es necesario que para los próximos eventos de esta naturaleza, de candidatos a cualquier dignidad de elección popular, se establezcan líneas de conducta y una estructura de debates diferente.

Además un patrón obligatorio para evitar que se conviertan en un enfrentamiento personal o ideológico.

Pero debe mantenerse la confrontación de ideas, vital para establecer diferencias, y que los ciudadanos puedan conocer qué pretende hacer cada uno y cómo lograrlo.

Por otro lado, el CNE tiene que difundir mejor los planes de los candidatos, hacerlos más visibles para los ciudadanos, pues en la actualidad están escondidos en su página web.

Junto con cada plan, debería mostrar una especie de resumen ejecutivo, de lectura rápida y comprensible.

Los comicios no tienen que mantener el esquema clientelar, que promueve el voto impulsivo, que impide a los ciudadanos meditar el sufragio.

No hay que olvidar que lo que está en juego es el futuro del país.

Editorial de El Diario publicado este martes 3 de octubre del 2023 en nuestra edición impresa.