Acalorado, pero contento, estaba la mañana de ayer Franklin Demera, de 22 años.
En menos de dos horas había vendido los 70 helados que llevó hasta la Universidad Eloy Alfaro, donde estudia.
Franklin es un alumno del sexto semestre de Enfermería que vive en el sitio Las Gilces, de la parroquia Crucita (Portoviejo).
Desde allá viaja todos los días hasta Manta, donde estudia.
Vive con su papá, Ronald Demera, un jornalero que trabaja en lo que sea, ya que no tiene trabajo fijo.
“Mi papá me da techo y comida, y eso es suficiente para mí”, expresó.
Es por eso que para lograr su sueño y ser un profesional, desde hace dos semanas a Franklin se le ocurrió comprar una hielera y vender entre sus compañeros los helados que trae desde casa.
Cuenta que el primer día vendió los 20 helados que trajo; luego se arriesgó y trajo 50, y desde esta semana incrementó a 70.
El lunes su historia se viralizó en las redes sociales de la universidad, donde lo ponen como un ejemplo a seguir.
Sabe que muchos de los chicos que hoy lo felicitan, no se atreverían a hacer lo que él hace; reconoce que no es nada fácil, pero hay que perder la vergüenza, apuntó.
Franklin escogió estudiar Enfermería para salvar la vida de las personas, pero su verdadera meta es ser policía para proteger a la gente.
Para él ambas carreras son como ser un héroe, dijo. En este semestre su materia preferida es Clínica de Adultos, porque le gusta cuidar a las personas de la tercera edad.
Ahora está enfocado en terminar la carrera y luego seguir buscando el sueño de ser policía, pero piensa a futuro ponerse un local de venta de helados caseros.
El estudiante tiene clases en la tarde, por eso aprovecha la mañana para comercializar sus helados.
Víctor Zambrano, director de Bienestar, Admisión y Nivelación Universitaria, indicó que desde el lunes iniciaron una encuesta para conocer las necesidades de alumnos como Franklin. Este trabajo se realiza cada semestre para identificar casos e intervenirlos.
Tras esas encuestas, el personal de Bienestar encuentra alumnos con enfermedades catastróficas.
Otros casos, en cambio, reciben un subsidio en la alimentación.
En el semestre anterior, la Uleam dio ayuda a 6 mil estudiantes en temas de salud, aportes económicos, becas, atenciones médicas, insumos médicos y atención psicológica.
Zambrano adelantó que están por darse en estos días ayudas económicas a 2.763 chicos.
La Senescyt además concede becas Puzak, estas consisten en un salario básico durante el semestre.