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Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami (UM) demostraron con un modelo probado en ratones que muchas complicaciones asociadas a la preeclampsia, una enfermedad que afecta a mujeres embarazadas, son causadas por mutaciones en un gen llamado GSNOR.

La importancia de este hallazgo, del que se hizo eco este martes el medio especializado Journal of the American Heart Association, es que abre una nueva vía para desarrollar tratamientos de la preeclampsia, una enfermedad cuya incidencia es en EE.UU. mayor en mujeres afroamericanas e hispanas.

“La medicina ha progresado poco o nada en la comprensión y el tratamiento de la preeclampsia y eso se refleja en una alta tasa de mortalidad y complicaciones entre las madres y los recién nacidos”, dijo Joshua Hare, investigador principal del estudio y director del Instituto Interdisciplinario de Células Madre de la Escuela Miller de Medicina de UM.

La preeclampsia provoca presión arterial alta en las embarazadas, especialmente en el tercer trimestre, y en algunos casos causa daños en los órganos, lo que produce una mayor mortalidad en las madres y los bebés, así como nacimientos prematuros.

Además, algunas mujeres enfrentan riesgos cardiovasculares elevados durante años después de sus embarazos.

Aunque la preeclampsia es una enfermedad compleja, el estudio encontró que al menos una causa potencial es bastante simple: un problema en el gen GSNOR, señala un comunicado de la Escuela Miller.

Muchas enzimas experimentan un proceso de unión con una molécula de óxido nítrico (nitrosilación) que hace aumentar su actividad.

Lo que hacen las mutaciones de GSNOR es eliminar las moléculas de óxido nítrico de esas enzimas, que vuelven así a un estado menos activo.

Cuando los defectos en el gen afectan la función de GSNOR o eliminan la proteína por completo, pueden provocar presión arterial alta y otros efectos asociados con la preeclampsia.

A LA BÚSQUEDA DE BIOMARCADORES.  El uso de un modelo de ratón con deficiencia de GSNOR ha brindado a los investigadores la oportunidad para investigar la enfermedad, identificar biomarcadores y probar posibles tratamientos, indica el comunicado.

Para ayudar a validar su descubrimiento, el equipo recolectó placentas humanas de pacientes con preeclampsia en un hospital de la Universidad de Miami, el Jackson Memorial.

Un análisis posterior demostró que estas mujeres también experimentaron pérdida de GSNOR y ahora el equipo continúa estudiando estas placentas para identificar biomarcadores que puedan ayudar a desarrollar un tratamiento.

Otra de las metas es determinar los mecanismos que pueden estar impulsando una mayor mortalidad en las comunidades minoritarias del país por preeclampsia.

“Las poblaciones hispanas y afroamericanas tienen una mayor incidencia de preeclampsia. Esto ha sido bien establecido, pero realmente no sabemos por qué”, dijo Shathiyah Kulandavelu, profesor asistente de investigación en el Departamento de Pediatría de la Escuela Miller y primer autor del artículo.

Además de identificar el papel de GSNOR en la preeclampsia, los investigadores también probaron un posible tratamiento y demostraron que grandes dosis de vitamina C aliviaron los síntomas de los ratones usados en su investigación.

Sin embargo, los autores advierten que este enfoque puede no ser efectivo en pacientes humanos. De hecho, la vitamina C no ha logrado tratar la preeclampsia en los ensayos clínicos.

“Cuando observamos la preeclampsia, encontramos que hay muchos subtipos diferentes. Entonces, podría haber mujeres con una variedad de causas, incluido el aumento de la inflamación, el estrés oxidativo o un trastorno genético, así como problemas con la nitrosilación”, dijo Kulandavelu. EFE