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Uno de los retos de mayor relevancia que hoy enfrentan las industrias, es la producción de alimentos para la población actual del planeta, que ya supera los 7.600 millones de personas, y según estimaciones de Naciones Unidas, en el año 2.030 existirán 8.600 millones, un 14% más de personas para alimentar.

Como respuesta a este panorama, se está desarrollando con éxito la agricultura inteligente o ‘Smart farming’, un concepto que envuelve tecnologías avanzadas, empleadas en actividades rurales, tornándolas más eficientes, para que el productor pueda tomar decisiones más acertadas y precisas.

La digitalización y en particular la tecnología de drones tiene el poder de transformar la agricultura. Esta innovadora implementación de aplicación puede cambiar uno de los trabajos más exigentes físicamente en el sector agropecuario. Los productores, en general, están envejeciendo y trabajar en la agricultura parece estar convirtiéndose en una opción de trabajo menos atractiva para los jóvenes. Así mismo, el acceso a la innovación de vanguardia y las tecnologías digitales no solo puede contribuir a ganarse la vida de una mejor forma, sino que también ayuda a que la agricultura sea más atractiva para las generaciones jóvenes.

Por eso la utilización de drones en la agricultura es el futuro. Normalmente en cinco horas se fumiga una hectárea de cultivo y, con el uso de drones esto se puede lograr en un tiempo de quince a 30 minutos, mejorando la eficiencia con respecto a la aplicación tradicional.

Según investigaciones, se estima que un dron puede fumigar hasta 23 hectáreas por día con el apoyo de solo dos personas, aproximadamente; mientras que con la aplicación tradicional de mochila se puede alcanzar un máximo de cinco hectáreas por día con cuatro o cinco personas destinadas a este trabajo. De esta forma se incrementa el rendimiento de la inversión para el agricultor.

Esta es una práctica sostenible concebida para gestionar los recursos naturales de manera eficaz, y disminuir el impacto de esta actividad en el ambiente. “Al hacer las aplicaciones de productos –agroquímicos y fertilizantes- de forma directa y precisa, no habrá residuos que contaminen la tierra y el agua. De esa manera, se disminuyen, por ejemplo, los gases de efecto invernadero, la deforestación y se utiliza mejor el recurso natural”, explica Fernando Mora, coordinador de gestión de producto de soluciones para la agricultura de BASF en Ecuador y Colombia.

PIENEROS EN DRONES

“Nos enfocamos en traer prosperidad a las áreas rurales. Se trata de cómo podemos ayudar a los pequeños y medianos agricultores a convertirse en empresarios, cerrando la brecha de innovación o tecnología para que puedan ser más eficientes. Todo esto es factible a través de drones. Con este proyecto y la red de socios que hemos establecido, vamos a encabezar el cambio de la aplicación de mochila a los drones”, explicó Hernán Camilo González, coordinador de proyectos para la región Norte de Latinoamérica (LAN) de la división de soluciones para la agricultura de BASF.

Los drones son hasta 50 veces más rápidos en la aplicación de productos químicos de protección de cultivos que el pulverizador de mochila típico, lo que reduce no solo el tiempo sino también el costo invertido en tratamientos. Esto permite a los agricultores completar el trabajo en un cierto período de tiempo con las condiciones climáticas y ambientales ideales, lo que genera una eficacia uniforme de los productos de protección de cultivos en el campo, destaca un boletín de prensa de BASF.

En el mercado existen drones de hasta 20 mil dólares lo que sugiere una inversión importante para el agricultor. Sin embargo, el productor puede alquilar los drones por un periodo de tiempo con costos bajos que van desde $14 USD por hectárea en el caso del cultivo de arroz o de $20 USD por hectárea en el caso del banano. Así, se logra que incluso los pequeños agricultores puedan acceder a este servicio y logren reducir sus costos y aumentar su rentabilidad.

Con estas soluciones BASF, está ayudando a los agricultores y agricultoras, para encontrar el balance ideal entre sostenibilidad y productividad en una agricultura cada vez más retante, destaca el comunicado de prensa.