La pandemia del covid-19 aumentó la limpieza de los hogares a medida que se intentaban mantener el virus a raya desinfectando cada centímetro.
Esto debido a la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el virus se propagaba en superficies contaminadas.
Investigaciones posteriores, sin embargo, concluyeron que las superficies presentaban un bajo riesgo de transmisión de enfermedades.
Pero, ¿la limpieza profunda realmente ayuda a prevenir infecciones y nos protege de enfermedades?
Según los expertos, hay que tener cuidado de no confundir limpieza con buena higiene.
Sally Bloomfield, presidenta del Foro Científico Internacional sobre Higiene del Hogar ofreció una entrevista.
Para ella es preocupante el hecho de que la pandemia haya llevado a muchas personas a adquirir hábitos de limpieza extremos.
Por ejemplo, fregar obsesivamente los pisos en lugar de centrarse en buenas prácticas de higiene que ayuden a prevenir la propagación de enfermedades.
“La gente está obsesionada con la limpieza como un medio para protegerse contra los gérmenes“, dice Bloomfield.
“Está en algún lugar de nuestro ADN que asociamos la limpieza con la salud… Hemos evolucionado para evitar las cosas desagradables o malolientes”, agrega.
Manejan teorías diferentes
Pero limpieza e higiene no son lo mismo, dice la académica.
“La limpieza se trata de lograr una apariencia del área para que se vea limpia. Pero la higiene se trata de protegerse de los microbios dañinos“, asegura.
Según Bloomfield, estos microbios dañinos incluyen patógenos como el norovirus, la gripe, la covid-19 y la salmonela.
“La higiene es un conjunto de acciones, no un estado, que llevas a cabo cuando es necesario, en lugar de hacerlo en un momento prescrito“, indica.
“No puedes mantener tu casa higiénica. Si quisieras hacer eso, tendrías que ponerla en una caja esterilizada”, dice Bloomfield.
“Pero si intervienes en los momentos clave, te enfrentarás a la mayoría de los riesgos”, concluye.