Prevenir el suicidio en los menores de edad debe ser parte de las políticas educativas de las autoridades del Ecuador.
Prevenir el suicidio principalmente, en la adolescencia, tiene que ser motivo de preocupación de autoridades, familia y docentes.
El problema no deja de preocupar. Según la Unicef, el suicidio es la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años, y la tercera en hombres en ese rango de edades.
Los adolescentes son una población especialmente vulnerable. Enfrentan una serie de factores de riesgo que van desde la presión académica y social, hasta el acoso, la violencia doméstica y el abuso de drogas.
A esto se puede sumar el estigma que rodea a la salud mental. Así, se crea un ambiente de tensión excesiva.
“Prevenir el suicidio no puede darse únicamente en los momentos de crisis”.
La prevención del suicidio no puede limitarse a actuar en los momentos de crisis.
Al contrario, se tiene que considerar estrategias que promuevan el bienestar emocional e intelectual desde la infancia y hay que preparar a los maestros para que identifiquen los problemas de salud mental y crear redes de apoyo.
La falta de acceso a los servicios de salud, sobre todo la limitación en la capacidad de atención en salud mental, agrava el problema.
Por ello se requieren servicios accesibles, confidenciales y empáticos, que ofrezcan seguridad e intervengan en el entorno para interrumpir los conflictos y buscar soluciones que ayuden a sanar.
Editorial de El Diario: Publicado el viernes 30 de agosto del 2024 en nuestra edición impresa.