Las consecuencias que ha dejado la manipulación de explosivos en los últimos días debe motivar a las autoridades a declarar una guerra a la venta y distribución de este tipo de artefactos que han sembrado muerte y dolor en varias partes del país.
Los efectos adversos no son nuevos, pues en años anteriores se han producido incendios en bodegas de venta de explosivos que han dejado pérdidas materiales incalculables y vidas segadas por las explosiones violentas.
Cada año en Manabí se da una especie de juego del gato y el ratón entre las autoridades de control y los vendedores temporales de materiales explosivos.
Súbitamente los espacios públicos, incluso los mercados, se ven llenos de personas que ofrecen artefactos explosivos de todo tipo para “celebrar” el Fin de Año.
“Se da una especie de juego del gato y el ratón entre las autoridades y los vendedores”.
Pero, insólitamente, cuando la Policía, los bomberos y otros miembros de los entes de control asoman, los materiales desaparecen y no se los puede incautar.
La guerra contra los explosivos, entonces, no solamente es una responsabilidad de las autoridades sino de la ciudadanía.
La demanda estimula la oferta. Pero el acceso a estos materiales puede ocasionar tragedias, como las que ya han ocurrido en todas partes del país.
Editorial de El Diario publicado este viernes 29 diciembre del 2023 en nuestra edición impresa.