La fuga de cerebros, como se denomina a la salida del país de profesionales y estudiantes, se ha vuelto un fenómeno incontenible en Ecuador.
Está propiciado por la falta de oportunidades laborales, la crisis económica, la inseguridad, entre otros factores.
Ecuador invierte recursos en la educación de sus ciudadanos, y esto se convierte en pérdida. Pasa cuando los profesionales emigran para buscar en el exterior las oportunidades de desarrollo que no tienen en en el país.
La falta de expertos en sectores clave puede afectar áreas como la innovación y el desarrollo. Por ejemplo, en aspectos como el económico, el tecnológico y el social.
“La llamada fuga de cerebros es un desafío para los gobiernos”.
Se estima que solamente el año pasado más de 44 mil profesionales y estudiantes de entre 20 y 29 años de edad salieron del país y no retornaron.
Y esto parece imparable. Mientras se agudizan los problemas sociales, ahora por la pobreza y las consecuencias de los racionamientos eléctricos, más personas prefieren exiliarse a aumentar las cifras de pobreza.
Con una inversión adecuada en educación, el incentivo para el aumento de oportunidades laborales y el reconocimiento de los talentos propios, se puede evitar la fuga de tantos cerebros, cuya presencia puede contribuir a un mejor futuro.
Editorial de El Diario: Publicado el 17 de octubre del 2024 en nuestra edición impresa.