Mueren gemelos siameses más viejos del mundo a los 62 años de edad. La muerte de estos hermanos trascendió este viernes 12 de abril, pero el deceso se produjo el pasado domingo.
Lori y George Schappell, los hermanos siameses que marcaron un hito al convertirse en los más longevos de la historia, dejaron de existir.
Su partida tuvo lugar en el Hospital de la Universidad de Pensilvania, donde su familia les dio el último adiós.
Estos valientes hermanos desafiaron las probabilidades desde el momento de su nacimiento en Pensilvania, Estados Unidos. A pesar de estar unidas físicamente, tenían personalidades y habilidades únicas que los distinguían.
El extraordinario vínculo que compartían se evidenciaba en la fusión parcial de sus cráneos, la conexión de sus sistemas circulatorios y el hecho de que aproximadamente el 30 por ciento de sus cerebros estuvieran conectados.
Mueren gemelos siameses que superaron récord de longevidad
Su legado perdurará en la memoria colectiva, especialmente por haber superado en 2015 el récord de longevidad de las siamesas Masha y Dasha Krivoshlyapova, quienes fallecieron a los 53 años.
El misterio rodea las circunstancias de su fallecimiento, ya que hasta el momento no se ha revelado la causa. A pesar de los pronósticos médicos, que inicialmente no auguraban una vida más allá de los 30 años, Lori y George desafiaron todas las expectativas y vivieron una vida plena y significativa.
En su día a día, estos hermanos independientes encontraron maneras creativas de adaptarse a su condición.
Ambos vivían en un apartamento con dos habitaciones, donde procuraban alternar las noches para tener su propio espacio y mantener una vida individual en la medida de lo posible.
A pesar de los desafíos físicos, Lori encontró su pasión en el bowling, acumulando varios trofeos, mientras que George, quien se identificaba como hombre a pesar de su sexo biológico femenino, encontró su voz como cantante y dejó una marca indeleble en el mundo de la música.
Su independencia se reflejaba incluso en las tareas diarias, como el baño, donde cada una se aseguraba de tener su privacidad utilizando la cortina como una “barrera” simbólica.
La partida de los gemelos siameses Lori y George deja un vacío en la comunidad médica y en quienes tuvieron el privilegio de conocer su inspiradora historia.