Las muertes violentas en el distrito policial de Manta, Montecristi y Jaramijó en el 2023 se triplicaron y la ola de muertes también se llevó a cuatro niños.
La Policía informó que desde el 1 de abril del 2019, después de un enfrentamiento a balas con un grupo de narcotraficantes que usaban los terrenos del proyecto fallido de la Refinería del Pacífico para hacer despegar una avioneta cargada con droga, supieron con certeza que en este distrito estaban operando los brazos armados del narcotráfico.
Ese día la Policía decomisó 12 armas que eran de uso militar y de alta potencia.
Desde allí el uso de armamento militar se volvió común en los ataques al estilo sicariato.
El poder de estas bandas quedó registrado en el crimen de Miguel Ángel Luna, alias “Lolo”, ejecutado por cinco sicarios que llegaron en una camioneta blanca, doble cabina, en abril de 2021.
El crimen quedó registrado en video y se ve sacar al sicario el fusil, un armamento de alto alcance y muy letal. Ese día la Policía recogió 56 casquillos.
Ese año, 2021, se registraron un total de 53 muertes violentas y el 2022 cerró con 121 personas asesinadas, y ya se señalaba el aumento de los crímenes.
El coronel Richard Fernando Vaca, comandante de la zona cuatro, sostiene lo que indicaron sus antecesores: los asesinatos son por una guerra del crimen organizado debido a la disputa de bandas de narcotraficantes que buscan acaparar el mercado para expender cocaína.
Él también indicó que esta guerra se ha llevado por delante a víctimas inocentes. Es así que los casos siguieron en aumento y este año, 2023, cerró con 320 muertes violentas. Es decir, tres veces más que el año pasado y cuatro veces más que el 2021.
Convirtiéndose este año en uno de los más violentos de las dos últimas décadas. Incluso más violento de los años de apogeo de la banda delincuencial Los Choneros.
Los niños
La primera víctima de los niños fue Lía Zamora, de 9 años, asesinada en un ataque que estaba dirigido a Óscar Mauricio Campuzano (35). Ocurrido en el barrio 8 de Enero, el 11 de marzo. Ella jugaba en la calle cuando una bala la alcanzó.
La segunda víctima fue Yanhervis Daniel Farrán Cerezo, de nacionalidad venezolana y tenía 8 años. Ocurrió en julio, cuando delincuentes exigían el pago de vacunas (delito de extorsión) al dueño del restaurante en El Palmar, donde trabajaba su madre, e hicieron disparos contra el local. Varios proyectiles le dieron a él y llegó muerto a un centro de salud.
Crímenes en Manta, Montecristi y Jaramijó
Después asesinaron a Valerie Torres Mero, de 13 años, en un ataque a balas en la avenida 35 y calle 16B, junto a la unidad educativa Interpman, en la ciudadela Las Acacias.
La niña iba en un taxi y el objetivo de los sicarios era un pasajero al que su padre taxista le hacía la carrera. El hombre sobrevivió, dijo la Policía.
El último niño asesinado fue Alexis Eduardo Lucas Anchundia, de 10 años, cuando estaba dentro de la iglesia María Auxiliadora de la parroquia Los Esteros. Este atentado estaba dirigido para Pedro Vicente Zambrano Hidalgo, a quien también asesinaron.
El coronel Richard Vaca, comandante de la Zona 4, sostiene que los asesinatos son por una guerra del crimen organizado por la disputa de bandas que buscan acaparar el mercado para expender droga. Este 2023 cierra con 320 muertes violentas, es decir, tres veces más que el año pasado y cuatro veces más que el 2021.