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El comercio en los exteriores de la unidad educativa Miguel Iturralde en Portoviejo, que es uno de los recintos electorales en el marco de la consulta popular y referéndum, está “flojo”.

Así lo dijo Juan Cedeño quien espera que después de las lluvias los sufragantes acudan en mayor número.

Sin embargo a pesar del clima, el comercio informal se mantiene.

Hay comerciantes, como a Richard Yépez quien vende deditos de harina con queso y mortadela, que les está yendo bien.

“La gente vota y a lo que sale van llevando los deditos para el desayuno de la familia. No me puedo quejar”, dijo el comerciante informal.

Sin embargo hay quienes no han vendido nada, es el caso de José García quien vende granizados.

A él la lluvia no le conviene, pues la gente por lo regular lo busca para comprarle granizado cuando hace calor.

Los comerciantes esperan que el sol “salga para todos” en el transcurso de la jornada ya que han hecho una inversión de la cual esperan sacar algo de ganancias.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) coordinó con los municipios para que se garantice que el comercio informal no se aglomeren en los alrededores de los recintos electorales.

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