Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70% de personas que se automedican presentan reacciones adversas.
Generalmente, sucede en los medicamentos de venta libre para atacar dolores comunes como en la cabeza, músculos o fatiga, sin embargo, no es recomendable acudir a una medicina sin prescripción, ya que pueden generar varias reacciones, muchas de ellas peligrosas o con efectos negativos a largo plazo como resistencia a los fármacos o pérdida de efectividad, destaca un comunicado de prensa de Farmacias Económicas.
“Si bien, todos en casa tenemos un botiquín con medicamentos de venta libre que suelen ser considerados universales y, en algunos casos, se utilizan para varias dolencias. No obstante, es importante considerar que cada fármaco fue elaborado con un fin específico y atiende una necesidad concreta dentro del cuerpo humano, por lo que no aplica para varias dolencias solo porque alguien lo dijo; además, dependiendo de algunas enfermedades preexistentes, una medicina puede ser contraproducente en algunos casos, de ahí que la automedicación no es recomendable en ningún caso”, señaló Stefanía Arias, médico de Farmacias Económicas.
Cinco principales peligros al automedicarse:
- Dependencia o adicción: Los medicamentos ocasionan efectos de alivio en el cuerpo o el sistema nervioso, al consumirlos de manera recurrente el organismo puede sentir satisfacción frente a estos estímulos y puede generar síndrome de abstinencia, motivando a su ingesta para sentir alivio. Por esta razón, lo más recomendable es que un especialista establezca un tiempo de tratamiento y evalúe al paciente al terminar de consumir los medicamentos.
- Falta de efectividad: Al consumir medicamentos de manera innecesaria, el cuerpo puede perder la capacidad de identificar si en verdad lo necesita cuando sí sea pertinente. Esto ocasionará que los compuestos no generen alivio por la alteración del comportamiento celular del organismo. Cuando esto sucede se reduce el nivel de mejoría que garantizan los medicamentos, por lo que es importante destacar que ningún tratamiento puede asegurar el 100% de efectividad frente a alguna enfermedad y la automedicación puede afectar cuadros clínicos más complejos.
- Encubrir enfermedades graves: Consumir medicamentos que no han sido recetados por un especialista puede ser extremadamente peligroso, esto debido a que sus componentes pueden tapar o camuflar síntomas, complicando así el diagnóstico real. “Al no contar con un diagnóstico certero, la vida del paciente puede llegar a correr peligro. Por ejemplo, si un paciente ingiere una pastilla para el dolor sin prescripción médica y es candidato a una cirugía de apéndice, la pastilla disminuirá los síntomas, demorando así la detección certera de la enfermedad y dando como resultado graves complicaciones en su salud”, añade Arias.
- Resistencia: En el momento que se ingieren medicamentos sin presentar alguna patología puede producir que el cuerpo asimile los compuestos del fármaco como propios y anule el efecto que éste tiene, ocasionando que, al momento de necesitar, el organismo no responda al estímulo para el que fue elaborado.
- Combinación de compuestos: Quienes se automedican no cuentan con una formación médica, por lo tanto, pueden terminar combinando compuestos de dos o varios medicamentos poco compatibles. Los pacientes piensan que todos los organismos y patologías que presenten síntomas similares son iguales, ingiriendo deliberadamente medicamentos que les han funcionado a familiares o amigos, sin tomar en cuenta la edad, patología e incluso enfermedades pre-existentes de la otra persona. Esto puede ser muy peligroso, especialmente si se combinan más de dos compuestos médicos generando posibles intoxicaciones y otro tipo de complicaciones.
Medicamentos más utilizados en la automedicación:
Se suele creer que los principales peligros de la automedicación se presentan especialmente con el consumo de antibióticos y analgésicos, ya que este tipo de medicinas siempre deben consumirse bajo supervisión médica, pero existen otras medicinas que también pueden significar un riesgo para la salud:
- Antisépticos tópicos.
- Suplementos vitamínicos y alimenticios.
- Antigripales y antitusígenos.
- Digestivos, laxantes, antiácidos y antiflatulentos.
“El organismo de cada persona reacciona de maneras distintas, por ese motivo es necesario recurrir a revisiones periódicas con los especialistas para contar con el tratamiento correcto y evitar reacciones adversas por el consumo deliberado de medicamentos sin receta. Al encontrarse en algún tratamiento también se debe prestar atención a síntomas comunes como: vómito, mareo, diarrea, dolor de pecho, porque pueden alertar de una reacción del cuerpo”, alertó Stefanía Arias de Farmacias Económicas.