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En el mundo canino, el envejecimiento es una realidad inevitable, y al igual que nosotros, nuestros fieles compañeros de cuatro patas necesitan cuidados especiales a medida que se vuelven ‘viejitos’.

El veterinario Adolfo Morán enfatiza la importancia de reconocer y abordar los trastornos del comportamiento que pueden surgir en los perros gerontes, en particular el síndrome de disfunción cognitiva.

Trastornos comunes

El síndrome de disfunción cognitiva, explica Morán, suele ser la afección más común en los canes cuando llegan a una edad mayor.

Se manifiesta con una serie de signos preocupantes que afectan la calidad de vida del perro.

Desorientación, pérdida de relación con el entorno, disminución de la capacidad de memoria y aprendizaje, son sólo algunos de los síntomas que podrían indicar la presencia de este síndrome en nuestros amigos caninos”, dice el profesional.

Según Morán, los perros gerontes, definidos según su raza y edad, pueden experimentar una serie de cambios en su comportamiento que van desde la apatía hasta la agresividad, pasando por la alteración en los patrones de sueño y la disminución del interés por su entorno.

¿Cómo tratar a los perros viejitos?

Para abordar estos trastornos, el veterinario destaca la importancia de una dieta adecuada y especializada, rica en elementos antioxidantes y neuroprotectores.

“Ácido alfa lipoico, L-carnitina, vitaminas D3, C y E, betacarotenos, selenio y extracto de ginkgo biloba son esenciales en la alimentación de un perro mayor”, señala Morán.

Además, sugiere incluir alimentos como brócoli, zanahoria y arándanos en la dieta casera, para proporcionar un aporte adicional de nutrientes.

Pero el cuidado de un perro geronte va más allá de la alimentación.

Morán hace hincapié en la importancia del ejercicio controlado para promover un flujo sanguíneo adecuado y una óptima oxigenación del cerebro.

“No podemos olvidar que el cuerpo es un todo, y debemos considerar la salud de otros órganos que también sufren el deterioro natural asociado con la edad”, agrega el veterinario.

En este sentido, el corazón, los riñones, el hígado, la piel y el sistema genitourinario también requieren atención especial en la vejez del perro.

“Estos viejitos nos han brindado tanto afecto a lo largo de los años, que es nuestra responsabilidad devolver ese amor incondicional brindándoles cuidados y bienestar en sus últimos días”, concluye el médico veterinario.

Con el creciente grado de especialización de los veterinarios y la disponibilidad de fórmulas alimenticias específicas para cada etapa de la vida canina, es posible garantizar una vejez digna y confortable para nuestros queridos compañeros peludos.