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El nuevo año debe servir para trazar un camino que  dirija, por una parte, a nuevas metas, y, por otra, a la consolidación de lo que se acertó.

Hoy se cierra un año crítico para muchos, por la contracción económica que afecta al mundo como consecuencia de los cambios que debieron implantarse a raíz del surgimiento de la crisis por el coronavirus.

Y, desde luego, esa crisis ha mellado la economía ecuatoriana.

En el plano nacional, a la crisis económica se suma la social.

Problemas como el desempleo, la inseguridad y la corrupción, por señalar algunos de los más preocupantes, siguen ganando terreno a pesar de la serie de acciones que se han anunciado desde el Gobierno.

El Covid-19 obliga a mantener en el nuevo año las alertas elevadas en forma cíclica, sobre todo con la llegada de nuevas variantes.

En Manabí, las consecuencias de dos crisis sucesivas, la del terremoto del 2016 y la del coronavirus, aún afectan a la población, mientras la reconstrucción es un proceso lento y casi olvidado.

Esperemos que el cambio de año sea, a su vez, ese golpe de timón que se requiere para cambiar la realidad nacional, en lo que sea necesario, y mantener los aciertos.

Medios Ediasa hace votos para que el 2023 marque la transición hacia días mejores, tanto en lo individual como en lo colectivo, pues la sociedad necesita encaminarse hacia el desarrollo.
¡Feliz año para todos!

Editorial de El Diario publicado este sábado 31 de diciembre del 2022 en nuestra edición impresa.