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A 48 horas del inicio del Mundial Qatar 2022, el país anfitrión prohibió la venta de alcohol en las inmediaciones de los estadios donde se jugarán los partidos.

Esta decisión rompe el pacto previo con las autoridades y afecta de lleno el acuerdo por 75 millones de dólares entre Budweiser, patrocinador del torneo, y la FIFA.

En un comunicado, la FIFA explicó que tras varios “debates” con el país anfitrión han decidido finalmente “focalizar” la venta de bebidas alcohólicas.

El acuerdo, como explicó la directora ejecutiva de comunicaciones del comité organizador de Qatar, consistía en permitir el consumo de alcohol en unas zonas para fans alrededor de los estadios desde tres horas antes y una después de los partidos.

Habría, incluso, un área específica para que a los ebrios se les pasara la borrachera sin que se hicieran daño ni se lo hicieran a otros.

A medida que se acercaba la fecha de inauguración del Mundial de Qatar 2022, las autoridades del emirato se ponían nerviosas con el consumo de alcohol.

La semana pasada obligaron a Budweiser a ubicar sus puestos de venta más lejos, donde fueran menos visibles, y este viernes 18 de noviembre del 2022 se decidió que en los alrededores de los estadios solo se venderán bebidas sin alcohol.

En Qatar rige la sharia (ley islámica), que restringe el consumo de alcohol. Solo se sirve a extranjeros en algunos hoteles y restaurantes, donde una cerveza cuesta unos 14 dólares.

En todo el país solo existe un lugar donde comprarlo, a las afueras de la capital, Doha, y no cualquiera puede hacerlo.

El comprador debe llevar una carta de la empresa para la que trabaja autorizándolo a beber alcohol y su nómina, porque solo se pueden adquirir bebidas según un porcentaje del salario.

Una vez hecha la compra se debe introducirla en bolsas negras, los clientes deben dirigirse inmediatamente a casa.

El Código Penal qatarí castiga estar ebrio en la calle con penas de seis meses de prisión y multas de hasta mil dólares.