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La semifinal de vuelta de la Champions League, que ganó el Real Madrid dejó una verdadera polémica antes de finalizar las acciones.

Era un partido a matar o morir. Ya con el marcador adverso el alemán Bayern Munich había lanzado todo para empatar o fracasar en el intento.

Así, a los doce minutos de adición, una salida con todos sus jugadores permitió a los bávaros un ataque que terminó con el esférico en arco rival pero anulado.

A falta de segundos, el balón quedó rebotando y servido dentro del área para que Thomas Muller habilite a Matthijs De Light de cabeza y este rematara, poniendo así el 2-2.

Pero la polémica llegó gracias al árbitro Szymon Marciniak, quien antes de concretarse el gol, pitó fuera de juego por parte de un jugador alemán. No dejó que la jugada siguiera como indica el reglamento, pues lo posterior, de ser ilícito, se sanciona y anula mediante el VAR.

La inconformidad de los bávaros se centró porque, al pitar antes de tiempo el colegiado, no dio paso a que la duda se despeje con el VAR. Incluso, los jugadores merengues se detuvieron al escuchar el pitazo, por lo que el juez central habría decidido no dar la revisión.

Los jugadores del Bayern se fueron encima de Marciniak quien no tuvo más remedio que seguir con el duelo que terminó con victoria a favor del Madrid.

Periodistas especializados aseguran que se trata de un error de gran escala debido a que el protocolo VAR establece que se debe dejar jugar. Toda duda al respecto debe ser despejada por la tecnología.

Mientras, la final de la Champions League se dará entre el Real Madrid y Borussia Dortmund.