Tras 11 años de conflicto, los niños de Siria continúan sufriendo “condiciones catastróficas”, viviendo en campamentos inseguros y antihigiénicos, expuestos a bombardeos y padeciendo hambre, enfermedad y malnutrición, denuncia este martes Save The Children.
En un comunicado, la organización de protección de la infancia recuerda que el conflicto en el norte de Siria sigue ocasionando bajas civiles y obligando a familias a abandonar sus hogares.
En 2021, Save The Children y la organización Hurras Network documentaron 15 ataques contra escuelas en el noroeste del país y en octubre de ese año, tres niños y un profesor fueron asesinados en un ataque cuando iban camino del colegio.
En su nota, la organización indica que por todo el país, 6,5 millones de niños necesitan ayuda humanitaria, 2,5 millones no van al colegio y casi 800.000 niños están malnutridos.
Siria se encuentra en medio de una crisis económica, lidiando con la pandemia de covid-19 y expuesta a la escasez de bienes básicos.
El precio promedio de la cesta de la compra se incrementó en un 97 % desde diciembre de 2020 a diciembre de 2021, lo que implica que para finales de año, un hogar promedio se gastó el 41 % de sus ingresos en alimentos para asegurar la supervivencia familiar, mientras que alrededor de 12 millones de personas -un 55 % de la población- sufren inseguridad alimentaria.
Ahora que la crisis en Ucrania ha provocado el crecimiento más rápido en el número de refugiados en Europa desde la II Guerra Mundial, aquellos que han abandonado Siria no deberían ser olvidados y los Estados deberían proteger los derechos de todos los refugiados, destaca la organización.
A causa de la ausencia de agua limpia, muchas madres se quedan sin comer para destinar el dinero a agua potable y, en un estudio reciente de Save the Children en cinco comunidades en el norte de Siria, casi un tercio (o un 30 %) de las mujeres que amamantan a sus bebés dijeron que no podían producir suficiente leche materna para sus hijos, y cuando lo hacían, no era de buen calidad.
El mismo estudio halló que el 7 % de niños entre 6 y 59 meses sufría de “desnutrición severa aguda” y que el 13 % padecía “desnutrición moderada aguda”.
“Once años tras el comienzo del conflicto, Siria continúa no siendo un lugar seguro para los niños”, advierte en la nota Sonia Khush, directora de la Respuesta a Siria de la organización.
“Afrontar este tipo de violencia, angustia y pérdida, y quedarte sin raíces en algunos casos varias veces, así como no tener oportunidades para construir un futuro mejor, ha tenido un impacto profundo en la salud mental y el bienestar de los niños. Los niños necesitan vivir en paz. Todos los niños en Siria se merecen un futuro”, remarca.
Khush dice que “en un momento en el que el mundo pone su atención en la violencia en Ucrania, no podemos permitir que los niños de Siria queden olvidados”.
“Once años de conflicto es una barbaridad. Todas las partes del conflicto tiene que terminar la violencia para asegurar un entorno seguro para los niños”, apunta.
Según la directiva, la comunidad internacional “necesita incrementar la financiación y la entrega de suministros salvavidas y servicios que son esenciales para todos los niños para sobrevivir, ser protegidos del daño y poder desarrollarse”.
“Los refugiados que han huido de Siria tienen que ser protegidos, y es la obligación de los Estados bajo la legislación internacional”, agrega. EFE