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Varios agentes de los Mossos d’Esquadra han declarado este martes que la denunciante de la presunta agresión sexual por parte del futbolista Dani Alves, en una discoteca de Barcelona, dudó en denunciar porque “tenía miedo a que se hiciese público su nombre y se creía que era ella la culpable de todo lo sucedido”.

Así lo han explicado 12 policías durante la segunda sesión del juicio ante el tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona.

Uno de ellos ha asegurado que le respondieron a la víctima que “ella no era culpable de nada”.

Otros agentes han coincidido en que la víctima tenía “terror y estaba sobrepasada por la situación”, además de que temía que no la creyeran porque Alves era un hombre conocido.

Tras la agresión, los Mossos recibieron el aviso del incidente en la discoteca Sutton y varios de ellos se desplazaron de paisano hasta el local de ocio para “no abrumar a la víctima”.

Los agentes que tomaron declaración a la víctima después de los hechos han explicado que ella sufrió ataques de ansiedad.

“Estaba francamente afectada y se derrumbó en varias ocasiones”, y han manifestado que la víctima no había tomado medicación antes de declarar para estar serena, en sus palabras.

“Se encontraba en ‘shock’, no era capaz de hablar. Sobre todo nos decía que ella no quería dinero, que sólo quería justicia”, ha añadido otro agente.

También les contó que había accedido voluntariamente a una habitación apartada de la discoteca –que resultó ser un baño–, pero que una vez en el interior, el futbolista “no la dejaba salir”.

Otra agente ha contado que trataron de evitar la detención de Alves en el espacio público para proteger su imagen.

“Citarlo en comisaría para evitar filtraciones, evitar la foto. Para intentar evitar eso, su integridad y su identidad”.

Alves declarará el miércoles en el tramo final del juicio, en el que afronta petición de 9 años de cárcel por parte de la denunciante y de 12 años por parte de la Fiscalía.

SU ESPOSA DICE QUE ALVES VOLVIÓ “OLIENDO A ALCOHOL”

La modelo Joana Sanz, esposa del futbolista, ha declarado que la noche de la presunta agresión volvió “muy borracho, o sea, oliendo a alcohol”.

Antes de su interrogatorio, el tribunal le ha recordado que por ser su esposa podía optar por no testificar, pero ha decidido hacerlo igualmente tras ser propuesta por la defensa de Alves.

Ha afirmado que ella estaba en Barcelona después de un viaje a Tenerife del que volvió con Alves el día anterior Y que habían acordado quedar juntos esa noche, pero al final no lo hicieron porque él se quedó con los amigos con los que había quedado para comer.

Sanz recordó que Alves llegó a casa sobre las 04h00, cuando ella aún estaba despierta.

Luego, dentro del dormitorio “se chocó con el armario y una mesita, y cayó desplomado en la cama”.

Pese a que seguía despierta, no hablaron, sostuvo.

“No procedía hablar con él, la verdad, en el estado que llegó. Consideraba que era mejor dejarlo para mañana”, dijo.

“El día después le pregunté. Se levantó supertarde, no se levantaba. Le pregunté qué había pasado y dijo que había estado con amigos”, recalcó Sanz.

Ella añadió que durante ese día habían hablado por WhatsApp hasta las 23h00, pero finalmente sin cenar juntos.