El 11 de septiembre del 2018 Jonathan Mendoza Quijije salió de trabajar y dos amigos que andaban en un carro le dieron un aventón. En el trayecto a su casa recogieron a otro amigo que también salía de laborar. Minutos después todos fueron detenidos por la Policía y los acusaron de participar en el robo de un celular.
En el juicio las víctimas no reconocieron a los cuatro amigos como los autores del robo. A los acusados no le encontraron armas ni el celular robado, cuando los capturaron. Lo que sí tenían en su poder era una carcasa o estuche de un teléfono y por eso los sentenciaron, asegura Ana Quijije, la madre de Jonathan.
Los jueces le impusieron a los cuatro amigos 9 años y 3 meses de cárcel. Una pena desproporcionada por un delito que no se probó, donde no los reconocieron como autores y donde no hay acusación de las supuestas víctimas, recalca Quijije.
Pero eso no es lo peor. Jonathan Mendoza está al borde de la muerte; desde hace dos semanas está intubado en el hospital. Él sufre de asma bronquial aguda y las condiciones de hacinamiento, ácaros, humedad y humo (hay muchas personas que fuman) de la cárcel El Rodeo de Portoviejo le agravan su condición. Además los médicos le dijeron que los riñones están muy afectados y desde hoy le deben hacer diálisis.
“Mi hijo está al borde de la muerte. Todo por culpa de una sentencia injusta. Estos jueces no tienen una pizca de corazón”, señaló Quijije, En 2 años 7 meses que Mendoza ha estado preso ha sido hospitalizado 30 veces. De esas cinco ha estado en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y tres intubado. Lauro Mendoza, el padre, dice que por eso piden a los jueces que tengan un poco de piedad. Que revisen la sentencia o le cambien la prisión por arresto domiciliario por su enfermedad crónica.
Los padres del sentenciado dicen que ellos son pobres y no tienen dinero para pagar abogados. Sin embargo, la apelación fue a Quito a casación a la Corte Suprema de Justicia, donde los jueces, incluido el actual presidente de la Corte Nacional, Ivan Saquicela, declararon la nulidad de la sentencia.
Quijije dijo que pese a eso en Portoviejo la sala de lo penal de la Corte Superior ratificó en una audiencia otra vez los 9 años de sentencia, lo que es incompresible. “No sé qué quieren, pero está claro que no hay justicia por ser pobres. Si deben sentenciarlo por robar un estuche, que lo hagan pero no así, además las autoridades deben tener en cuenta su enfermedad. Si mi hijo muere, los responsables serán los jueces”, dijo llorando la madre.
Ella tiene cáncer y su esposo, quien también es mecánico, ya no saben a quién pedir justicia. Por ahora duermen en la calle o en bancas frente al hospital de Manta, donde Jonathan lucha por su vida.
Mendoza tiene 24 años de edad, está casado y tiene un hijo. La familia pide ayuda para comprar medicina, pues cada día deben comprar muchos medicamentos. Ellos requieren especialmente Midazolam, pues necesitan diez cada día. Además requieren asistencia legal para exigir en Portoviejo que se cumpla lo dispuesto por la Corte Nacional, cuya decisión no se acató. Quienes quieran ayudar a esta familia pueden llamar al 09-9444-9688.
Los otros detenidos en este caso son Junior Intriago Jaramillo, Iván Vera Mendoza y Arturo Vásquez Loor.
Paúl Bernal, abogado, indicó que es sin duda una sentencia desproporcionada y que por la gravedad del caso debe ser revisada urgente, y si es necesario debe intervenir la Corte Nacional, y revisar la actuación de los jueces. Incluso podría pedirse un indulto presidencial, en vista de las más de 30 veces que ha tenido que ser hospitalizado.