Más de 900 policías y militares ecuatorianos forman parte del operativo de registro y control que se desarrolla este jueves en el interior del centro penitenciario del Litoral de Guayaquil, donde el martes murieron al menos 116 reos y unos 80 resultaron heridos en una reyerta entre bandas.
Así lo dijo la comandante general de la Policía, Tannya Varela, en un acto antes de esta nueva intervención de los agentes, que se suman a un contingente militar también desplegado con varias tanquetas.
“Nuestra presencia aquí obedece al respaldo legal, que es lo más importante, ante estas circunstancias y estas situaciones por las que estamos atravesando”, dijo la comandante general ante cientos de agentes concentrados en una superficie aledaña a la prisión.
“Confiamos en la prudencia con la que ustedes actúan que, a pesar de todo, por parte de nuestra institución no exista una violación a los derechos humanos de estas personas”, agregó.
En esta segunda operación de la Policía actúan las unidades tácticas Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Grupo de Operaciones Especiales (GOE), Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (GEMA) y Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), además de Criminalística, con el objetivo de desarmar a la población carcelaria de esa prisión, mientras un helicóptero sobrevolaba toda el área.
También hay agentes de los ejes preventivo, investigativo e inteligencia, confirmó la Policía.
“Son constantes las operaciones en las últimas horas de parte de los militares y la policía. En la madrugada ingresaron a varios pabellones, y al mediodía a otros”, confirmó a Efe el portavoz de la Gobernación de Guayas, Jefferson Merchán.
Las intervenciones tienen el objetivo de registrar todo el centro para incautar armas a los reos que el martes protagonizaron la sangrienta reyerta, la tercera este año con decenas de víctimas, si bien los ajustes de cuentas son semanales.
La actuación de fuerzas policiales y militares se produce al amparo del decreto de excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso para lidiar con la crisis.
El incidente del martes ha vuelto a poner de manifiesto la severa crisis que aqueja al sistema penitenciario ecuatoriano desde hace tres años.
Solo en lo que va de 2021 han muerto en este tipo de sucesos más 230 presos, con epicentro en esa prisión de Guayaquil, ciudad en la que también se concentra la actividad delictiva del país por su carácter portuario y donde han sido asesinadas en las calles más de 430 personas hasta agosto.
El estado de excepción estará vigente durante “60 días a nivel nacional, sin excepción alguna”, según el decreto.
A la par de la militarización en torno a la cárcel, el Gobierno de Guayas ha establecido un centro de apoyo y “acompañamiento social y psicológico” a familiares de reos.
El centro funciona en el Parque Samanes, en el coliseo Abel Jiménez Parra, aunque según ha constatado Efe por el momento no se está ofreciendo información a los familiares, sino más bien recogiendo datos de ellos para luego poder identificar a víctimas.
Los cuerpos, muchos de ellos despedazados según imágenes que han circulado por las redes sociales, y con varios decapitados, están las morgues pendientes de identificación. EFE