Los 61.850 candidatos en las elecciones locales y los grupos que alientan el Sí y el No en el referendo del domingo en Ecuador aceleraron la campaña.
La campaña proselitista concluirá este jueves para dar paso al silencio electoral previo a la votación.
Las 276 formaciones inscritas para las elecciones provinciales, municipales y parroquiales ya han empezado a cerrar la campaña electoral de 31 días.
Unos 13 millones de ecuatorianos están facultados para elegir a 5.660 nuevas dignidades.
Se elige alcaldes (221), prefectos (23), concejales municipales urbanos y rurales (1.307) y vocales de juntas parroquiales (4.109).
También a siete integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).
Además de acoger o rechazar (Sí o No) las ocho preguntas de un referéndum impulsado por el Gobierno.
Cierre de campaña en Ecuador
Varios candidatos adelantaron este miércoles el cierre formal de sus campañas a sabiendas de que el jueves lo hará el grueso del ejército de postulantes.
Paola Pabón, candidata a la reelección para la prefectura de Pichincha, reflexionó sobre la importancia de la campaña, ya que, según apreció, permite conocer algo más de las intimidades de la gente.
Pero la campaña electoral en Ecuador ha dado cabida a toda clase de estrategias.
Una más sobrias que otras, algunas incluso salidas del tono y protegidas por el paraguas de las redes sociales.
Con recorridos a pie y en caravana de autos, concentraciones en plazas y visita a medios de comunicación, muchos candidatos han llevado al paroxismo su disposición para atraer el voto indeciso.
Como la de un candidato a la Prefectura de Manabí, Jorge Loor Zambrano, que en un set de televisión presentó una pequeña víbora (que al final se supo que era de juguete).
Durante la entrevista le cortó la cabeza y prometió que haría lo propio con la corrupción.
También la candidata de Guayas Mayra Montaño que repitió el “ratatatatá” de una metralleta para prometer acabar con la delincuencia.
De su lado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ultima los detalles y cumple con la cuenta regresiva de un cronograma que se acorta rápido.