El Consejo Nacional Electoral debe desterrar las sospechas de procesos anteriores, en los que se ha hablado de la posibilidad de que existiera fraude en el sufragio para cambiar el pronunciamiento del pueblo en las urnas.
Y esto se logra con transparencia, desde el sufragio hasta el escrutinio definitivo.
Lo cual no solamente involucra un proceder justo de quienes se encargan del conteo de los votos, sino también de una seguridad estricta en los sistemas que garantice la integridad del proceso.
Un análisis de los sistemas del CNE, realizado hace dos años, determinó que el 98 pro ciento de los servidores para procesar actas y hacer el escrutinio estaban obsoletos.
Y los cambios que se han hecho, hasta ahora, debido a la crisis económica del Estado, no han sido los que las autoridades anunciaban.
“Los cambios que se han hecho no han sido los que las autoridades anunciaban.”.
En buena hora, los funcionarios electorales decidieron ajustar el sistema de transmisión de los resultados para evitar los llamados apagones informáticos, que paralizaban el sistema y daban pie a sospechas de acciones fraudulentas.
La ampliación de la capacidad de los programas es otro acierto.
No obstante, todavía queda mucho por hacer.
El CNE necesita un cambio generacional de sistemas y equipos en aras de la transparencia de los procesos.
Editorial de El Diario publicado este domingo 5 febrero del 2023 en nuestra edición impresa.