Para decidir por quién votar puede servir hacer un ejercicio de introspección y preguntarse: ¿a cuál de estos candidatos le confiaría el manejo de mi negocio, de mi casa, de mi taxi, de mi tienda, la escuela de mis hijos?Claro, es sólo un ejercicio, porque la cosa pública es mucho más que la propiedad privada de una persona.
El ejercicio busca ayudar a tomar tan importante decisión apelando a lo que le importa, sus bienes, su familia.
No hay que votar por la moda de un baile en redes sociales o por el uso de una canción pegajosa o por una simpatía personal.
Sí hay que votar por la que se considere una buena propuesta y una persona que la pueda liderar, a quien usted confiaría su propiedad.
“No hay que votar por la oda de un baile en redes sociales o por el uso de una canción pegajosa”.
Todos los votos cuentan, sin ningún distingo. Los ciudadanos tienen igualdad de oportunidades para elegir.
Los ciudadanos están llamados a votar a conciencia y según sus convicciones personales y políticas, pensando en el bienestar futuro de la sociedad en la que están inmersos.
En un régimen democrático, el poder radica en el pueblo, que manifiesta su voluntad en las urnas y a través de las personas a las que escoja en forma mayoritaria.
Desde esta columna se ha propuesto que el voto deje de ser exigido para que la ciudadanía no se vea obligada a sufragar por la necesidad de obtener un certificado, sino convencida de la trascendencia del proceso electoral.
Editorial de El Diario publicado este sábado 4 febrero del 2023 en nuestra edición impresa.