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Hoy, con la colocación de la primera piedra para la apertura de las calles que atraviesan el aeropuerto de Portoviejo, Reales Tamarindos, se pone fin a la historia de este bien de la ciudad.

El aeropuerto de Portoviejo nunca debió ser cerrado. Fue un error del expresidente Rafael Correa disponer su cierre.

Pero luego de esto la popularidad del mandatario siguió alta y obtuvo una fuerte votación, como forma de aprobación tácita.

Además, los electores votaron por Agustín Casanova a la alcaldía y Mariano Zambrano a la prefectura, quienes abiertamente hablaban del cierre y proponían proyectos para el desarrollo urbanístico.

Luego los concejales aprobaron el proyecto “Portoviejo despega”. El alcalde fue reelecto con el mismo discurso y después el Concejo aprobó el proyecto Villanueva.

“Hubiera sido peor seguir sin aeropuerto ni proyecto”.

Desde esta columna se sostiene que el aeropuerto nunca debió cerrarse, pero puestas las cosas como están, debe entenderse que llegó el fin de este bien.

Responde, prácticamente, al pronunciamiento democrático de la ciudadanía.

Ahora, toca ver de cara al futuro la nueva ciudad sin aeropuerto e impulsarla con las mismas ganas de siempre.

Editorial de El Diario publicado este viernes 20 enero del 2023 en nuestra edición impresa.