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El Gobierno Provincial de Manabí debe explicarle a la ciudadanía cómo es posible que la draga que compró en 1,7 millones de dólares entre los años 2013 y 2014 sólo funcionó unos pocos meses y está prácticamente abandonada, sin prestar servicios.

Todo esto, mientras la provincia enfrenta riesgos por el azolvamiento de los ríos, y mucho más cuando se está “ad portas” de un fenómeno climático como El Niño, que de cualquier forma constituye una amenaza.

Es inaceptable que en este tiempo no se haya logrado el permiso ambiental para poner en funcionamiento la draga que se requiere para atender la impostergable necesidad de limpiar de sedimentos los cauces hídricos para evitar inundaciones.

“La draga, aunque reciba mantenimiento, puede deteriorarse”.

Desde la prefectura debieron darse las alertas y, si fuera necesario, movilizar las voluntades o gestionar acuerdos políticos para lograr que se otorgue el permiso ambiental.

Del Gobierno central también se espera que se tome en cuenta la necesidad de poner a funcionar esta draga, pues un bien inmovilizado, aunque reciba mantenimiento, puede deteriorarse tanto por el efecto del ambiente como por la acción de la delincuencia.

No es posible que el exceso de trámites y la indiferencia de los funcionarios tengan abandonados bienes públicos como este.

Editorial de El Diario publicado este sábado 2 de diciembre del 2023 en nuestra edición impresa.