Merece una felicitación el gobierno del Presidente Daniel Noboa por haber propuesto, entre las preguntas de la consulta popular, la posibilidad de que se aplique en Ecuador el trabajo por horas y el contrato laboral por tiempo indefinido, la flexibilidad laboral.
Estos dos puntos van a modernizar la legislación de trabajo en Ecuador, que está vigente desde 1938, lo que la convierte en una norma anacrónica y muy rígida para la época.
Las voces que tradicionalmente se oponen a la flexibilidad laboral provienen, sobre todo, de personas que tienen un empleo y de quienes sienten que pueden perder algún privilegio, por lo que asumen una posición egoísta frente a las personas que están en busca de un empleo, en especial de la gente joven.
El Presidente Noboa representa a una nueva generación de ecuatorianos que ven al mundo de una forma diferente.
“El actual Código de Trabajo, emitido en 1938, es anacrónico y rígido”.
Y es necesario que esa visión se vaya incluyendo en la legislación nacional, pues la mayoría de los habitantes del país se encuentra en este grupo etario y necesita leyes modernas.
Si no hay leyes modernas, estarán condenados a vivir en un país con leyes de más de medio siglo de vigencia, desactualizadas e inflexibles.
Son los jóvenes los primeros llamados a defender esta propuesta positiva del Gobierno, que merece el respaldo de todos y convertirse en ley.
Editorial de El Diario publicado el sábado 20 de enero del 2024 en nuestra edición impresa.