Siete años han transcurrido del terremoto del 16A, que representó una gran pérdida para el país, en especial para Manabí, que fue la provincia más golpeada. Y el Estado está en deuda.
Pero que todavía sigue esperando que se concreten la reconstrucción y la reactivación económica.
El saldo más doloroso es el de los seres humanos que fallecieron o que quedaron con secuelas permanentes, pero también hay cientos de familias que siguen sin atención a las necesidades que surgieron de tan lamentable episodio.
El gobierno central hizo un mal manejo de los recursos de la reconstrucción en su momento, con obras que fueron cuestionadas por sobreprecios, la utilización en proyectos que no eran prioritarios, o el pago de trabajos que se habían contratado antes.
El Estado ha fallado, también, en la falta de seguimiento para castigar efectivamente la corrupción que se dio alrededor del tema, y en el cumplimiento de la atención a los damnificados.
“El Estado le sigue debiendo a Manabí y es de esperar que la situación cambie en honor a las víctimas”.
Todavía hay familias sin casas; obras, como el alcantarillado de Pedernales, para las que no se halla una solución; entidades de emergencia, como los bomberos, que siguen funcionando en locales improvisados.
Los tres gobiernos que han administrado la reconstrucción le deben a Manabí por su falta de cumplimiento.
Es de esperar que, en homenaje a las víctimas y al sufrimiento de esta provincia, la situación cambie.
Editorial de El Diario publicado el domingo 16 de abril del 2023 en nuestra edición impresa.