A Eduardo López Muñoz, del laboratorio de formolización y tanatoestética Anubis, la muerte lo atrapó.
Contó que desde muy pequeño le llamó la atención este tema y su primer impacto fue con una persona fallecida a la que le había pasado un rodillo.
López explicó que muchas personas solo formolizan cadáveres, pero él ofrece algo diferente que consiste en preparar a los muertos en un laboratorio para conservarlos.
Eduardo aclara que la formolización es solo canalizar la arteria, enviar formol y sellar el cuerpo; en cambio, la preservación consiste en enviar líquidos por las arterias y hacer un drenaje por la vena yugular.
“Esto se hace con la ayuda de un equipo que se llama troker, que sirve además para desgasificar (sacar los gases y residuos de líquidos que quedan en el cuerpo)”, indicó.
Este procedimiento se hace en muertes naturales, porque en los cadáveres que ingresan a la morgue es diferente, ya que le antecede una necropsia, es decir que ya se ha manipulado el cuerpo y las arterias y órganos ya se han cortado.
López también pone su magia cuando el cuerpo de un muerto está desfigurado, él lo reconstruye para que su familiar no tenga un impacto traumatizante y no tenga que velarlo con la tapa cerrada o con la cara vendada, apuntó.
>En el laboratorio. En Anubis, laboratorio que está certificado a nivel nacional en preservación de cuerpos, se han presentado situaciones un poco paranormales, pero no son de temer, sino que a veces los cuerpos se mueven porque hay nervios que al manipular la mano se mueve la otra.
Anubis no tiene vínculos con ninguna funeraria.